domingo, 17 de diciembre de 2017

Deja que Jesús te sorprenda


El domingo anterior, escuché una predicación titulada “Corazón ardiente, cuerpo sano” por el pastor Mike Lessin de la congregación La Promesa y más allá de las palabras que escuché, quiero platicarte lo que descubrí y que definitivamente hizo arder mi corazón.
 Espero que hoy tengas ganas de leer porque tengo algo maravilloso que mostrarte y para eso citaré textualmente varias porciones de la biblia, la versión que usaré es la Nueva Traducción Viviente, pero puedes comprobar en tu propia biblia cada historia.
Primero quiero decirte que estoy segura que el asunto con Dios no tiene nada que ver con la religión que profesamos, sino más bien la relación que nosotros mismos cultivamos al acercarnos a conocerlo más. Definitivamente él está presente, nos está buscando, quiere que lo conozcamos y realmente lo aprendamos a amar.
Entremos al tema: Después de que Jesús murió y fue sepultado, a los tres días María y otras mujeres fueron a su sepultura y no lo encontraron, un ángel les informó que había resucitado; ellas fueron inmediatamente a decirle a los apóstoles, pero ellos no les creían. Todo esto lo puede leer en el evangelio de Lucas 24.
Todo esto quizá ya te lo sabes de memoria, no por eso deja de ser sorprendente que Jesús resucitó de entre los muertos, tan maravilloso, que sus mismos discípulos no lo creían. Pero ahora pasemos a lo que es igual de sorprendente y casi nadie lo toma en cuenta, remarcaré con letra cursiva las partes de las que vamos a hablar:   

De camino a Emaús

(Lucas 24:13-18; 25-27; 30-33)
13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban camino al pueblo de Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. 14 Al ir caminando, hablaban acerca de las cosas que habían sucedido. 15 Mientras conversaban y hablaban, de pronto Jesús mismo se apareció y comenzó a caminar con ellos; 16 pero Dios impidió que lo reconocieran.
17 Él les preguntó:
—¿De qué vienen discutiendo tan profundamente por el camino?
Se detuvieron de golpe, con sus rostros cargados de tristeza. 18 Entonces uno de ellos, llamado Cleofas, contestó:
—Tú debes de ser la única persona en Jerusalén que no oyó acerca de las cosas que han sucedido allí en los últimos días.
(*Fíjate bien, iban caminando de Jerusalén a Emaús en una distancia de 11 kilómetros ¿cuánto tiempo crees que haría una persona caminando esa distancia?
*Ellos iban caminando y Jesús se apareció, ¡se apareció! Y ellos ni cuenta se dieron, iban muy tristes.
*Dios mismo impidió que lo reconocieran… todo tiene un propósito, ya verás por qué)
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25 Entonces Jesús les dijo:
—¡Qué necios son! Les cuesta tanto creer todo lo que los profetas escribieron en las Escrituras. 26 ¿Acaso no profetizaron claramente que el Mesías tendría que sufrir todas esas cosas antes de entrar en su gloria?
27 Entonces Jesús los guió por los escritos de Moisés y de todos los profetas, explicándoles lo que las Escrituras decían acerca de él mismo.
(*La necedad nos impide ver la realidad de lo sobrenatural, la realidad del cielo, la realidad de los milagros y entonces hay incredulidad <Lo dijo Jesús>
*Jesús les muestra todo lo que está escrito de él mismo a través de todo lo que para nosotros es el Antiguo Testamento.
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30 Al sentarse a comer, tomó el pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos. 31 De pronto, se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Y, en ese instante, Jesús desapareció.
32 Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». 33 En menos de una hora, estaban de regreso a Jerusalén.
(*Al sentarse a comer, Jesús hizo lo mismo que había hecho en la última cena, sus discípulos participaron de esta bendición y sus ojos fueron abiertos, inmediatamente lo reconocieron, y pudieron ver cómo delante de sus ojos desapareció. Sus corazones ardían y antes no se habían dado cuenta, pero ahora tenían prisa de contar tantas maravillas.
*¿Sabes que me impresiona? Que de Emaús a Jerusalén, los mismos 11 kilómetros, ahora hicieron una hora de camino ¡¿Cómo fue?! Ya investigué y actualmente un corredor entrenado hace una hora corriendo ese trayecto. Me imagino que los discípulos tenían la costumbre de recorrer esas distancias, pero ya venían de regreso, así que corrieron con todas sus fuerzas, tenían prisa, creo que fueron fuerzas sobrenaturales ¡¡Entraron a lo sobrenatural que Jesús ofrece cuando te abre los ojos y tu corazón arde, tienes prisa y te apasionas por Jesús!!
 ¿Verdad que tenemos un Dios sorprendente? Descubrir todas estas maravillas, al igual que a los discípulos, se nos quita lo necio y la incredulidad, nuestros corazones arden, entonces sabrás que es real.
Ahora bien, yo no me quedé con esto nada más, me fui a buscar a Jesús por todo el Antiguo Testamento y, es una locura, es demasiada información, todo contiene a Jesús, pero te comparto algunos versículos que impresionaron mi corazón.

 Israel escapa por el mar Rojo

(Éxodo 14:15-18)
15 Luego el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Dile al pueblo que se ponga en marcha! 16 Toma tu vara y extiende la mano sobre el mar. Divide las aguas para que los israelitas puedan pasar por en medio del mar, pisando tierra seca. 17 Yo endureceré el corazón de los egipcios y se lanzarán contra los israelitas. La grandeza de mi gloria se manifestará por medio del faraón y de su ejército, sus carros de guerra y sus conductores. 18 Cuando mi gloria se exhiba por medio de ellos, ¡todo Egipto verá mi gloria y sabrán que yo soy el Señor!».
(La vara de Moisés nos muestra a Jesús, quien abre el mar en dos para pasar en seco y caminar seguros)

El agua amarga de Mara

(Éxodo 15:22-27)
22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.
24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;
26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.
(El árbol nos muestra a Jesús, quien transforma la amargura en agua dulce)

La serpiente de bronce

(Número 21:4-9)
Luego el pueblo de Israel salió del monte Hor y tomó el camino hacia el mar Rojo para bordear la tierra de Edom; pero el pueblo se impacientó con tan larga jornada y comenzó a hablar contra Dios y Moisés: «¿Por qué nos sacaron de Egipto para morir aquí en el desierto? —se quejaron—. Aquí no hay nada para comer ni agua para beber. ¡Además, detestamos este horrible maná!».
Entonces el Señor envió serpientes venenosas entre el pueblo y muchos fueron mordidos y murieron. Así que el pueblo acudió a Moisés y clamó: «Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Pide al Señorque quite las serpientes». Así pues, Moisés oró por el pueblo.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Haz la figura de una serpiente venenosa y átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan solo con mirar la serpiente». Así que Moisés hizo una serpiente de bronce y la ató a un poste. ¡Entonces los que eran mordidos por una serpiente miraban la serpiente de bronce y sanaban!
(La serpiente venenosa nos muestra a Jesús, quien cargó con nuestras enfermedades en la cruz para que nosotros fuéramos sanados, cargó con la pobreza para que nosotros fuéramos enriquecidos, cargó con nuestros pecados para que nosotros fuéramos perdonados)

David mata a Goliat

(1 Samuel 17: 48-50)
48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.
49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.
50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.
(La piedra de David nos muestra a Jesús quien derriba cualquier gigante que esté estorbando nuestra vida ¿Qué gigante hay frente a ti que piensas es imposible de derribar?)
  

La cabeza del hacha que flotó

(2 Reyes 6:1-7)
 1Cierto día, el grupo de profetas fue a ver a Eliseo para decirle:
—Como puedes ver, este lugar, donde nos reunimos contigo es demasiado pequeño. Bajemos al río Jordán, donde hay bastantes troncos. Allí podemos construir un lugar para reunirnos.
—Me parece bien —les dijo Eliseo—, vayan.
—Por favor, ven con nosotros —le dijo uno de ellos.
—Está bien, iré —contestó él.
Entonces Eliseo fue con ellos. Una vez que llegaron al Jordán, comenzaron a talar árboles; pero mientras uno de ellos cortaba un árbol, la cabeza de su hacha cayó al río.
—¡Ay, señor! —gritó—. ¡Era un hacha prestada!
—¿Dónde cayó? —preguntó el hombre de Dios.
Cuando le mostró el lugar, Eliseo cortó un palo y lo tiró al agua en ese mismo sitio. Entonces la cabeza del hacha salió a flote.
—Agárrala —le dijo Eliseo.
Y el hombre extendió la mano y la tomó.
(El palo nos muestra a Jesús, quien saca a flote todo lo que habíamos perdido)

Así que con todas estas muestras de Jesús en las escrituras, no permitas que la incredulidad te aparte de la Gracia, ese favor que no merecemos, pero a Jesús le plació darnos por amor. Lo tenemos que creer, lo tenemos que declarar… Así como Dios dijo a Moisés “No clames a mí, levanta la vara”, así como David se paró frente al gigante y le arrojó la roca para destruirlo, así como cada personas que fue mordida por una serpiente venenosa volteó a la figura de su ponzoña y fue sanado. Nosotros de igual manera actuamos con la autoridad que Jesús nos entregó.
Nuestras armas no son carnales, sino espirituales. Así que no significa que vamos a salir a la calle arrojando piedras o levantando varas, porque todo esto es en la oración y de forma espiritual. Una vez que te reconoces como hijo de Dios por medio de Jesús, quien es nuestro Señor y Salvador por siempre.
Y como diría una persona a la cual le platiqué todo esto: “¡Entonces podré ir a la playa, ah y podré tener un carro nuevo… ah entonces sí voy a pasar mi examen!”  Le respondí: Claro que sí, sólo no te olvides que es por medio de Jesús, cultiva tu relación con él.”


viernes, 15 de diciembre de 2017

Así como Dios lo anuncia, así será



Ya está cerca la fecha en la que por todo el mundo celebramos el nacimiento de Jesús, y hoy que abrí el sitio web en donde publican un versículo bíblico cada mañana, encontré el que nos describe cómo el ángel Gabriel anuncia a María que tendrá un hijo:

—No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!

Este versículo me hizo pensar en María y en cómo es Dios, dejando de lado el impacto que seguramente sintió María al saber que iba a ser madre sin tener un esposo, me imaginé a María pensando en su nuevo hijo… “será ¡muy grande!, incluso Dios le dará ¡el trono de David! ¡será un rey!”

Y finalmente, María ve morir a su hijo crucificado como se crucificaba a los mayores malhechores de la época, entonces pensé: “Dios no mintió, la corona de Jesús fue entregada por los siglos de los siglos. Pero lo que vivió María fue desgarrador”.
Entonces el Espíritu Santo, quien nos recuerda todas las cosas, trajo a mi corazón el pasaje cuando María acude a una boda con Jesús:

3 Durante la celebración, se acabó el vino, entonces la madre de Jesús le dijo:

—Se quedaron sin vino.

4 —Apreciada mujer, ese no es nuestro problema —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi momento.

5 Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».

(Juan 2:3-5)

En este acontecimiento, Jesús ya tenía 30 años, pero desde que era un niño ya definía claramente su propósito. Dice el evangelio de Lucas que a los 12 años, cuando sus padres lo llevaron como cada año a la fiesta de la pascua, él se quedó en el templo. A los tres días lo hallaron, sentado en medio de los doctores de la ley, y todos los que le oían se maravillaban. Jesús respondió a sus padres: “¿Por qué me buscan? ¿No saben que me es necesario estar en los negocios de mi Padre?”

Entonces sus papás sabían desde siempre que era un niño especial. María guardaba en su corazón esas palabras proféticas que le habló el ángel Gabriel, “Será muy grande, será un rey y su reino no terminará nunca”. Además, hay que recordar su nacimiento: los visitan unos reyes de Oriente y les entregan regalos muy costosos: incienso, oro y mirra. Dice el evangelio de Lucas, que cuando nació Jesús, un ángel apareció a los pastores de Belén y les dijo: “Les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”, Y de repente apareció una multitud de huestes celestiales que alababan a Dios. ¡¿Te imaginas?! Estás pastoreando a tu rebaño y se te aparece un ángel, eso de por sí ya es sorprendente, pero además, después aparece también una multitud de ellos cantando alabanzas a Dios. ¡wow! ¡Qué imagen! debió haber sido glorioso ¿No crees?  ¡De repente, verte rodeado de ángeles cantando!

Bueno pues así nomás fue su nacimiento, ahora imagina cómo fue su niñez si a los 12 años ya estaba con los doctores de la ley platicando, y estos se maravillaban. Por todas estas razones, a los 30 años, María con la mano en la cintura, con toda seguridad y toda la experiencia de haber vivido con un hijo sobrenatural les dice a los sirvientes “hagan como él les diga”.

¿Cuántas cosas habrá visto María? Tal vez un día se terminó la leche y Jesús tomó un vaso de agua y le dijo: “ten mami”, ¡ya era leche! O qué tal si un día su perrito enfermó y Jesús dijo: “No es nada, mira”, entonces el perrito se levantó y corrió. Y si un día llegó a su casa y sin avisar le dice: “mami, invité a mis amigos a comer” María voltea a la cazuela y ve que hay comida para todos.

¡¿Qué cosas increíbles habrá vivido María con su hijo?! Por eso cuando se termina el vino dice: “Hagan lo que él les diga”

Entonces, pensando en todo esto, me imagino que seguramente Jesús la preparó todo ese tiempo, le explicó cuál era su reino, le platicó cual era el propósito de su vida,  tal vez le anunció como se lo anunció a sus apóstoles durante sus tres años de ministerio, que sería entregado, crucificado y a los tres días resucitaría. Entonces cuando se fue 40 días al desierto, María sabía que todo había comenzado. Y Dios no le había mentido, le había permitido ver y disfrutar de un hijo maravilloso que iba a ser coronado rey por siempre, tal cual le había sido anunciado por el ángel Gabriel en el día de la concepción.

Así es Dios, nos anuncia proféticamente lo que nos va a dar, nos ayuda a disfrutar el proceso y después nos permite ver la palabra cumplida. Así fue para mí este año, me anunció victorias, fue todo hermoso y nada de lo que yo imaginé, pero él  me ayudó a vivir el proceso y ahora doy gracias a Dios por su palabra cumplida. Gracias Dios por tanto amor. 

La Verdadera Pascua (Paste 2)

En el escrito anterior hablamos del verdadero origen de la Pascua, es una fiesta que Dios marcó para que se celebrara para siempre, fue cua...