<<Bendeciré a quienes te
bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra
serán bendecidas por medio de ti». Dejó escrito Moisés al escuchar que así
habló Dios a su hijo Abraham.
También agregó en aquella parte que es la ley
hasta el día de hoy: <<Extiendo los pecados de los padres sobre sus
hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos
de la tercera y la cuarta generación>>, <<Reconoce, por lo
tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien
cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes
lo aman y obedecen sus mandatos>>
Así estableció Dios que
funcionaran las cosas,
cargamos las consecuencias,
aquellos pecados de antepasados,
herencia de ojos, de piel y de
pecados.
Así tan claro como este ejemplo
que te cuento a continuación:
Resulta que tu tatarabuelo perdió sus tierras
(quizá como consecuencia de lo que había hecho su propio tatarabuelo) desde que
las perdió comenzó a beber y se volvió alcohólico, luego su hijo al ver el
ejemplo también fue alcohólico, pero él comenzó a ser mujeriego a consecuencia
del mismo alcohol; entonces tu abuelo sin saber por qué desde joven comenzó a
tomar, era mujeriego y después golpeaba a su esposa. Consecuencia, tu papá
creció en una familia disfuncional y ¿adivina qué? Era alcohólico, pero él
deseaba una buena familia, así que trató de ser la mejor versión de sí mismo, pero
no pudo dejar el alcohol. A pesar de todo, tú no sabes el motivo por el cuál te
resulta imposible dejar de tomar, tienes furia desmedida y no quieres, pero a
veces desearías engañar a tu esposa ¡Consecuencias generacionales!
>>Sigue leyendo hay buenas
noticias<<
Este
es un sencillo ejemplo de lo que ocurre en nuestras vidas sin saber los
motivos, ahora bien, no podemos volvernos locos buscando los pecados de
nuestros antepasados. Sería muy absurdo:
¡Dios es bueno!
Lo mejor es, que él nos ama de
verdad,
lo asombrosos es, que él mismo
tiene un plan,
lo maravillosos es, que él borra
todo registro de pecado.
Pablo el apóstol de Jesucristo escribió una
carta al pueblo de Roma diciendo,
<<Sin embargo, Dios nos
declara justos gratuita y bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos
liberó del castigo de nuestros pecados>> Luego dio una explicación más
amplia escribiendo,
<<Por lo tanto, ya que
fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con
Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en
este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos
con confianza y alegría participar de la gloria de Dios>>
Las
palabras escritas por Moisés pertenecen al Antiguo Testamento, cuando Dios
estaba estableciendo la ley, o sea los mandamientos (Para los que no conocen
muy bien de las cosas de la biblia, aclaramos que Jesús aún no había nacido). Y
la carta a los romanos pertenecen al Nuevo Testamento, en ese momento Jesús ya había sido crucificado,
resucitado y subido al cielo.
¿Qué
significa todo esto? Pues que aunque la ley marca que somos pecadores, y aunque
cargamos con el peso de nuestros antepasados, aún con todo eso Jesús entregó su
vida para que nosotros fuéramos justificados, o sea, libres y perdonados de
toda condenación. Más claramente te diré: Esos pecados fueron borrados en la
cruz, los tuyos, los de tus antepasados y los que vendrán.
Esto es por fe,
al creer recibes.
Jesús murió y resucitó
en tu lugar.
Para ti muerte,
Él tomó tu lugar,
entregó su victoria en tus manos.
Si lo crees recibes,
ya está hecho,
eres libre, eres justo, eres nuevo,
habla con Jesús.
Tal
vez nos preguntamos: ¿Cómo así de fácil? ¿Creo y recibo? Es que por medio de la
fe, resulta que ya estamos justificados delante de Dios ¡Sí, así de fácil! ¿No
es grande e incomprensible el amor de Dios?
Pero en eso vemos la magnitud de su amor, el amor del Padre, en que sólo
por medio de su hijo Jesús alcanzamos la justificación y no por nosotros, sino
por el maravilloso y magnífico sacrificio de amor.
Pues
si eso te sorprende (espero que alcances a entender que tú y yo merecíamos la
muerte, pero Jesús tomó ese lugar y ahora no sólo recibimos vida, sino vida en
abundancia ¿ahora sí estás sorprendido?) Pues espera a leer lo que sigue,
hablábamos de las generaciones, dice claramente que los pecados de los padres
se extienden a los hijos hasta la tercera y cuarta generación, ¿Qué significa
eso? ¿Será que tenemos que confesar los pecados de las cuatro generaciones
anteriores?
Vamos a descifrar las generaciones:
Un señor y su esposa serán la
primera generación,
Segunda generación son los hijos,
Tercera los nietos,
Cuarta bisnietos,
Quinta tataranietos,
Sexta Choznos,
Séptima bichoznos.
Así que para cuestiones
de pecados tendría que pensar en los cometidos por mis padres, cuatro abuelos,
ocho bisabuelos,
dieciséis tatarabuelos,
treinta y dos choznos, etc.
Tal cosa sería
una tontería y también imposible de conocer. Es más, no podríamos ni siquiera
conocer los pecados de nuestros padres, y para ser bien sinceros, delante de
Dios quién podría enumerar sus propios pecados ¡Nadie!
En una ocasión
Jesús dijo: <<Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer
ya ha cometido adulterio con ella en el corazón>> y después agregó, <<Han oído que a
nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás
sujeto a juicio”. Pero yo digo: aun si
te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota,
corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien,
corres peligro de caer en los fuegos del infierno>>
Esto aplica ahora
para todo género humano, ya que Dios no cambia, no es moda, no es viento que
pasa, él es Dios de principio a fin. Y así, con estos dos sencillos ejemplos
nos damos cuenta de la magnitud de pecados que cargamos de todas las
generaciones pasadas.
Conocidos o desconocidos,
hubo gestación de hombre y de mujer,
no hay otra fórmula,
tenemos sesenta y dos personas
pecadoras,
aun antes de nacer,
hasta la séptima generación,
nadie podría decir:
¡Estoy libre de culpa!
Hay buenas noticias,
¡Jesucristo es nuestro salvador!
¡El único que resucitó de entre
los muertos!
¡El único que puso su vida en tu
lugar!
Volveremos a
las cartas de Pablo, ya que aprendió directamente de Jesús en el tercer cielo,
así escribe al pueblo Colosense: <<Él anuló el acta con los cargos que
había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera,
desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó
públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz. Por lo tanto, no permitan
que nadie los condene por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertos
días santos ni ceremonias por luna nueva ni los días de descanso. Pues esas reglas son solo sombras de la
realidad que vendrá. Y Cristo mismo es esa realidad>>
Profundamente maravilloso,
somos herederos
no hay otro Dios igual
regalo inmerecido
espléndidas bendiciones.
¿Cuáles?
Verás, a continuación leerás las mayores bendiciones que Dios entregó a su
pueblo y que nosotros recibimos por medio de Jesucristo, esto es porque Jesús
cumplió con absoluta y perfecta obediencia y nosotros lo recibimos por fe,
leerás que dice “Si obedeces al Señor tu Dios” y como nadie es capaz de cumplir
impecable obediencia, nos unimos a Jesús en su perfecta obediencia para recibir
las siguientes bendiciones:
Moisés escribe al pueblo de
Israel (que por medio de Jesús nosotros recibimos las mismas bendiciones):
»Si obedeces al Señor tu Dios en
todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy, el Señor tu Dios
te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo. Si obedeces al Señor tu Dios, recibirás las
siguientes bendiciones:
Tus ciudades y tus campos serán
benditos.
Tus hijos y tus cosechas serán
benditos. Las crías de tus rebaños y manadas serán benditas.
Tus canastas de fruta y tus
paneras serán benditas.
Vayas donde vayas y en todo lo
que hagas, serás bendito.
»El Señor vencerá a tus enemigos cuando te
ataquen. ¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por
siete!
»El Señor te asegurará bendición
en todo lo que hagas y llenará tus depósitos con granos. El Señor tu Dios te
bendecirá en la tierra que te da.
»Si obedeces los mandatos del Señor tu Dios y
andas en sus caminos, el Señor te confirmará como su pueblo santo, tal como
juró que haría. Entonces todas las naciones del mundo verán que eres el pueblo
elegido por el Señor y quedarán asombradas ante ti.
»El Señor te dará prosperidad en
la tierra que les juró a tus antepasados que te daría, te bendecirá con muchos
hijos, gran cantidad de animales y cosechas abundantes. El Señor enviará lluvias en el tiempo oportuno
desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú
prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado. Si
escuchas los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy y los obedeces
cuidadosamente, el Señor te pondrá a la cabeza y no en la cola, y siempre
estarás en la cima, nunca por debajo. No
te apartes de ninguno de los mandatos que te entrego hoy, ni sigas a otros
dioses ni les rindas culto>>
¡¿Qué
te parece?! Yo levanto la mano para que todo esto sea una realidad en mi vida…
Buen punto, ¿Por qué si lo sé, todavía no lo veo manifestado? Amigos tenemos
que trabajar con lo que hay en el alma, porque es un hecho que Jesús ya lo hizo,
está completamente explicado, es una realidad. Personalmente puedo contarte
algunas experiencias maravillosas en las que he visto regalos inesperados
llegar a mis manos, Dios me ha sorprendido muchas veces. Pero confesaré que hay
áreas en mi vida en las que todavía tengo que trabajar. Y para ser bien sincera,
debo decir que para mí es una bendición escribir y así ser igualmente bendecida
que cualquier lector.
Volvamos a las generaciones,
las leyes de Dios están vigentes,
están actuando ahora mismo.
Sólo por Jesús somos
reconciliados con Dios,
por medio de la fe
cuando reconozco a Jesús.
Es mi salvador, sanador, libertador,
ya fuimos justificados.
Recordemos el ejemplo
de la persona con generaciones en alcoholismo, si alguno de ellos reconoce a
Jesús como su Señor y Salvador, y declara con su boca que Jesús clavó en la
cruz el alcoholismo generacional, esa persona y sus generaciones serán libres.
Cada vez que sienta el impulso insaciable de ir a beber, recordará que Jesús ya
lo hizo libre y verá que poco a poco o de tajo, dejará de beber.
Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús,
me repito a mí mismo
Cada día, cada noche, cada vez
que tengo sed.
Yo soy la justicia de Dios en
Cristo Jesús,
me calma, me sacia, me conforta
es mi salvación.
Me recuerda que Jesús pagó por mí
libertad,
con su sangre, por su sangre,
no más cadenas, ni condena, ni
reproche, ni prisión.
La palabra de Dios es vida
y la vida es luz
la luz derriba oscuridad,
las cadenas caen
la prisión se abre, es más fácil.
Yo soy la justicia de Dios en
Cristo Jesús
me repito
cada día, cada noche, cada vez
que tengo sed.
También te
tienes que esforzar en no ir a beber, pero será muy fácil porque Jesús te
estará ayudando. (Aquí hablamos de alcoholismo, pero si en tu familia hay un
patrón muy marcado por ejemplo: enfermedades del corazón, diabetes,
deformidades, o bien, locura, demencia, bipolaridad, también puede ser
soltería, adulterios, divorcios, ruina financiera, brujería, drogadicción,
muertes prematuras, obesidad, lo que sea que sea destructivo, entonces acude a
Jesús y declara que ya él pagó por ti).
¡Se anuló el decreto!
¡Jesús es la respuesta!
Puedes ir al
psicólogo, hacer ejercicios de relajación, tomar cursos para el éxito, todo eso
está bien, si lo ocupas hazlo, pero sin Jesús no llegarás muy lejos, te lo digo
por experiencia.
Es tan simple, sólo tienes que creer,
pero creer de verdad,
no sólo en palabras,
desde tu corazón,
desde lo más profundo.
Que sea una convicción,
que no haya lugar a dudas,
que nada te mueva,
que nada te agite,
que nada te sacuda,
que tu certeza sea un roble
hecho está.
Recientemente
me he sentido confortada al meditar en el amor de Dios, entonces me digo:
“¡Dios me ama tal como soy! Y me cuida, me abraza, me canta, se ríe conmigo, me
aplaude, me alienta a seguir adelante. Así es Dios porque nos ve a través de la
sangre de su hijo amado Jesús, por quien
fuimos justificados una vez y para siempre. Este pensamiento me ayuda a sentir una
reconciliación conmigo misma, he tratado de verme a mí misma como Dios me ve,
Dios me ha enseñado algo hermoso.
Mi primer nieto tiene ahora un año y tres
meses, está aprendiendo a caminar y apenas se da a entender con sus balbuceos.
Quiero decirte que nunca me imaginé que existiera un amor tan grande, tan lleno
de vida, tan lleno de paz y plenitud; veo a mi nieto y veo en él a mi hija, veo como floreció el amor con su
esposo, veo el amor que alguna vez sentí por quien fue mi esposo y siento una
reconciliación tan plena hacia toda mi vida, quizá por eso he pensado en la
importancia de las generaciones.
Así cuando me siento a contemplar
sus pasos,
sus risas, sus caritas que me
ríen, sus ojitos brillan,
así es cuando siento esa plenitud
que me alegra,
así fue que un día escuché a Dios
decirme:
“Así te veo, así te amo.”
Entonces pensé,
no importa que mi nieto se caiga
o llore o no se pueda levantar,
está aprendiendo,
no importa que no sepa hablar,
así le entiendo, le amo, le
aplaudo, le abrazo, le canto.
Sé que Dios lo hace conmigo
sé que Dios lo hace contigo.
¡Disfruta de su eterno y profundo
amor!