sábado, 31 de agosto de 2019

Cuento breve

   Caminó sin recordar a donde iba, el dolor de su vientre hacía que sus pensamientos se confundieran, el sudor le corría por la espalda, el sol le golpeaba la cabeza, se sintió desvanecer. Se detuvo un momento e instintivamente se inclinó un poco, se recargó en la pared y su negra cabellera le cubrió el rostro pálido, cerró los ojos y apretó los labios; unos instantes después se incorporó para seguir su camino. Vio que la farmacia estaba cerca, apretó la  bolsa contra su cuerpo y pensó que traía suficiente dinero para comprar las pastillas, quizá esta vez se animaría a inyectarse, el dolor no la dejaba trabajar y necesitaba recuperar su vida.    

   Empujó la puerta de la farmacia e inmediatamente sintió el aire fresco envolverla por completo, pero no ayudó a disminuir el dolor, así que sintió un alivio momentáneo porque las punzadas regresaron en el vientre. Caminó rápidamente hacia el mostrador.

—   ¿Tiene butorfanol?
—   ¿Trae receta?
      ¡No señorita! ¡No traigo, pero me urge!
      Pues no le podemos vender sin receta.
     ¡Señorita, deme algo por favor!
     Puede ir al pasillo “C” allí están los medicamentos que se venden sin receta.

   Después de dirigirle una mirada penetrante, dio media vuelta, ya un poco encorvada caminó apresuradamente al pasillo “C”. Buscó entre temblores, cualquier pastilla que ayudara, pero sintió que sus piernas se debilitaban, tuvo que sostenerse de los anaqueles tirando algunos medicamentos para después chocar contra un cliente.

    Niña fíjate por donde caminas, me vas a tirar.
    Disculpe me siento muy mal.
   No es mi problema —al decirlo tomó una última caja de pastillas que anunciaban una oferta: “Descuento en medicamento contra el cólico”.   
   ¿En dónde hay más de esas pastillas?
   Son las últimas.

   Intentó buscar algo más que pudiera mitigar el dolor, la cabeza le dio vueltas, la vista se le nubló, creyó sostenerse de algo, pero sólo sintió como su cabeza golpeaba contra el piso. Fue un golpe seco que le robó el aliento, los días, los sueños. Todo se obscureció, dejó de sentir, de oír, de oler, su corazón dejó de latir. Ahora flota por el techo, se aleja de sí misma, su cuerpo quedó inerte y nadie lo notó. De pronto estaba parada en la orilla de la azotea, el aire era suave y no lo sintió, el sol brilla, pero tampoco sintió calor, miró sus manos y las vio brillar. Alzó sus brazos y voló. 

viernes, 9 de agosto de 2019

Bendiciones para las generaciones



Me di cuenta,
la genealogía es fundamental.

Entendí así de pronto, 
como una chispa que alumbró mi mente, 
algo que se acomodó en mis ideas,
tal cual un rompecabezas.

Partes de la biblia se unieron en mi cerebro,
vi el panorama completo,
encontré  lo importante para cada persona,
para su historia,
para su registro personal.

Todas las generaciones que le antecedieron,
cada hoja, rama, ramita, tronco, raíz, copa.
El árbol es uno mismo
la sabia, corteza, clorofila,
lo que corre por las venas
y la reconciliación con todo eso.

<<Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti». Dejó escrito Moisés al escuchar que así habló Dios a su hijo Abraham. 

También agregó en aquella parte que es la ley hasta el día de hoy: <<Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación>>, <<Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos>>

Así estableció Dios que funcionaran las cosas,
cargamos las consecuencias,
aquellos pecados de antepasados,
herencia de ojos, de piel y de pecados.

Así tan claro como este ejemplo que te cuento a continuación:

                 Resulta que tu tatarabuelo perdió sus tierras (quizá como consecuencia de lo que había hecho su propio tatarabuelo) desde que las perdió comenzó a beber y se volvió alcohólico, luego su hijo al ver el ejemplo también fue alcohólico, pero él comenzó a ser mujeriego a consecuencia del mismo alcohol; entonces tu abuelo sin saber por qué desde joven comenzó a tomar, era mujeriego y después golpeaba a su esposa. Consecuencia, tu papá creció en una familia disfuncional y ¿adivina qué? Era alcohólico, pero él deseaba una buena familia, así que trató de ser la mejor versión de sí mismo, pero no pudo dejar el alcohol. A pesar de todo, tú no sabes el motivo por el cuál te resulta imposible dejar de tomar, tienes furia desmedida y no quieres, pero a veces desearías engañar a tu esposa ¡Consecuencias generacionales!

>>Sigue leyendo hay buenas noticias<<

                Este es un sencillo ejemplo de lo que ocurre en nuestras vidas sin saber los motivos, ahora bien, no podemos volvernos locos buscando los pecados de nuestros antepasados. Sería muy absurdo: 
  
¡Dios es bueno!
Lo mejor es, que él nos ama de verdad,
lo asombrosos es, que él mismo tiene un plan,
lo maravillosos es, que él borra todo registro de pecado.


 Pablo el apóstol de Jesucristo escribió una carta al pueblo de Roma diciendo,
<<Sin embargo, Dios nos declara justos gratuita y bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados>> Luego dio una explicación más amplia escribiendo,

<<Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.  Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios>>

                Las palabras escritas por Moisés pertenecen al Antiguo Testamento, cuando Dios estaba estableciendo la ley, o sea los mandamientos (Para los que no conocen muy bien de las cosas de la biblia, aclaramos que Jesús aún no había nacido). Y la carta a los romanos pertenecen al Nuevo Testamento,  en ese momento Jesús ya había sido crucificado, resucitado y subido al cielo.

                ¿Qué significa todo esto? Pues que aunque la ley marca que somos pecadores, y aunque cargamos con el peso de nuestros antepasados, aún con todo eso Jesús entregó su vida para que nosotros fuéramos justificados, o sea, libres y perdonados de toda condenación. Más claramente te diré: Esos pecados fueron borrados en la cruz, los tuyos, los de tus antepasados y los que vendrán.

Esto es por fe,
al creer recibes.
Jesús murió  y resucitó
en tu lugar.
Para ti muerte,
Él tomó tu lugar,
entregó su victoria en tus manos.
Si lo crees recibes,
 ya está hecho,
 eres libre, eres justo, eres nuevo,
habla con Jesús.     

                Tal vez nos preguntamos: ¿Cómo así de fácil? ¿Creo y recibo? Es que por medio de la fe, resulta que ya estamos justificados delante de Dios ¡Sí, así de fácil! ¿No es grande e incomprensible el amor de Dios?  Pero en eso vemos la magnitud de su amor, el amor del Padre, en que sólo por medio de su hijo Jesús alcanzamos la justificación y no por nosotros, sino por el maravilloso y magnífico sacrificio de amor.

                Pues si eso te sorprende (espero que alcances a entender que tú y yo merecíamos la muerte, pero Jesús tomó ese lugar y ahora no sólo recibimos vida, sino vida en abundancia ¿ahora sí estás sorprendido?) Pues espera a leer lo que sigue, hablábamos de las generaciones, dice claramente que los pecados de los padres se extienden a los hijos hasta la tercera y cuarta generación, ¿Qué significa eso? ¿Será que tenemos que confesar los pecados de las cuatro generaciones anteriores?

Vamos a descifrar las generaciones:

Un señor y su esposa serán la primera generación,
Segunda generación son los hijos,
Tercera  los nietos,
Cuarta  bisnietos,
Quinta tataranietos,
Sexta Choznos,
Séptima bichoznos.

Así que para cuestiones de pecados tendría que pensar en los cometidos por mis padres, cuatro abuelos,
ocho bisabuelos,
dieciséis tatarabuelos,
treinta y dos choznos, etc.

Tal cosa sería una tontería y también imposible de conocer. Es más, no podríamos ni siquiera conocer los pecados de nuestros padres, y para ser bien sinceros, delante de Dios quién podría enumerar sus propios pecados ¡Nadie!

En una ocasión Jesús dijo: <<Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón>>  y después agregó, <<Han oído que a nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás sujeto a juicio”.  Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno>>

Esto aplica ahora para todo género humano, ya que Dios no cambia, no es moda, no es viento que pasa, él es Dios de principio a fin. Y así, con estos dos sencillos ejemplos nos damos cuenta de la magnitud de pecados que cargamos de todas las generaciones pasadas.

Conocidos o desconocidos,
hubo gestación de hombre y  de mujer,
no hay otra fórmula,
tenemos sesenta y dos personas pecadoras,
aun antes de nacer, 
hasta la séptima generación,
nadie podría decir:
¡Estoy libre de culpa!

Hay buenas noticias,
¡Jesucristo es nuestro salvador!
¡El único que resucitó de entre los muertos!
¡El único que puso su vida en tu lugar!

Volveremos a las cartas de Pablo, ya que aprendió directamente de Jesús en el tercer cielo, así escribe al pueblo Colosense: <<Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz. Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna nueva ni los días de descanso.  Pues esas reglas son solo sombras de la realidad que vendrá. Y Cristo mismo es esa realidad>>  

Profundamente maravilloso,
somos herederos
no hay otro Dios igual
regalo inmerecido
espléndidas bendiciones.

¿Cuáles? Verás, a continuación leerás las mayores bendiciones que Dios entregó a su pueblo y que nosotros recibimos por medio de Jesucristo, esto es porque Jesús cumplió con absoluta y perfecta obediencia y nosotros lo recibimos por fe, leerás que dice “Si obedeces al Señor tu Dios” y como nadie es capaz de cumplir impecable obediencia, nos unimos a Jesús en su perfecta obediencia para recibir las siguientes bendiciones:

Moisés escribe al pueblo de Israel (que por medio de Jesús nosotros recibimos las mismas bendiciones):

»Si obedeces al Señor tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo.  Si obedeces al Señor tu Dios, recibirás las siguientes bendiciones:
Tus ciudades y tus campos serán benditos.
Tus hijos y tus cosechas serán benditos. Las crías de tus rebaños y manadas serán benditas.

Tus canastas de fruta y tus paneras serán benditas.
Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito.
 »El Señor vencerá a tus enemigos cuando te ataquen. ¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por siete!
»El Señor te asegurará bendición en todo lo que hagas y llenará tus depósitos con granos. El Señor tu Dios te bendecirá en la tierra que te da.

 »Si obedeces los mandatos del Señor tu Dios y andas en sus caminos, el Señor te confirmará como su pueblo santo, tal como juró que haría. Entonces todas las naciones del mundo verán que eres el pueblo elegido por el Señor y quedarán asombradas ante ti.
»El Señor te dará prosperidad en la tierra que les juró a tus antepasados que te daría, te bendecirá con muchos hijos, gran cantidad de animales y cosechas abundantes.  El Señor enviará lluvias en el tiempo oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado. Si escuchas los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy y los obedeces cuidadosamente, el Señor te pondrá a la cabeza y no en la cola, y siempre estarás en la cima, nunca por debajo.  No te apartes de ninguno de los mandatos que te entrego hoy, ni sigas a otros dioses ni les rindas culto>>    

                ¡¿Qué te parece?! Yo levanto la mano para que todo esto sea una realidad en mi vida… Buen punto, ¿Por qué si lo sé, todavía no lo veo manifestado? Amigos tenemos que trabajar con lo que hay en el alma, porque es un hecho que Jesús ya lo hizo, está completamente explicado, es una realidad. Personalmente puedo contarte algunas experiencias maravillosas en las que he visto regalos inesperados llegar a mis manos, Dios me ha sorprendido muchas veces. Pero confesaré que hay áreas en mi vida en las que todavía tengo que trabajar. Y para ser bien sincera, debo decir que para mí es una bendición escribir y así ser igualmente bendecida  que cualquier lector.

Volvamos a las generaciones,
las leyes de Dios están vigentes,
están actuando ahora mismo.
Sólo por Jesús somos reconciliados con Dios,
por medio de la fe
cuando reconozco a Jesús.
Es mi salvador, sanador, libertador,
ya fuimos justificados.

Recordemos el ejemplo de la persona con generaciones en alcoholismo, si alguno de ellos reconoce a Jesús como su Señor y Salvador, y declara con su boca que Jesús clavó en la cruz el alcoholismo generacional, esa persona y sus generaciones serán libres. Cada vez que sienta el impulso insaciable de ir a beber, recordará que Jesús ya lo hizo libre y verá que poco a poco o de tajo, dejará de beber.  

 Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús,
me repito a mí mismo
Cada día, cada noche, cada vez que tengo sed.
Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús,
me calma,  me sacia, me conforta
es mi salvación.
Me recuerda que Jesús pagó por mí libertad,
con su sangre, por su sangre,
no más cadenas, ni condena, ni reproche, ni prisión.

La palabra de Dios es vida
y la vida es luz
la luz derriba oscuridad,
las cadenas caen
la prisión se abre, es más fácil.

Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús
me repito
cada día, cada noche, cada vez que tengo sed.

También te tienes que esforzar en no ir a beber, pero será muy fácil porque Jesús te estará ayudando. (Aquí hablamos de alcoholismo, pero si en tu familia hay un patrón muy marcado por ejemplo: enfermedades del corazón, diabetes, deformidades, o bien, locura, demencia, bipolaridad, también puede ser soltería, adulterios, divorcios, ruina financiera, brujería, drogadicción, muertes prematuras, obesidad, lo que sea que sea destructivo, entonces acude a Jesús y declara que ya él pagó por ti).

¡Se anuló el decreto!
¡Jesús es la respuesta!

Puedes ir al psicólogo, hacer ejercicios de relajación, tomar cursos para el éxito, todo eso está bien, si lo ocupas hazlo, pero sin Jesús no llegarás muy lejos, te lo digo por experiencia.

 Es tan simple, sólo tienes que creer,
pero creer de verdad,
no sólo en palabras,
desde tu corazón,
 desde lo más profundo.
Que sea una convicción,
que no haya lugar a dudas,
que nada te mueva,
que nada te agite,
que nada te sacuda,
que tu certeza sea un roble
hecho está.

                Recientemente me he sentido confortada al meditar en el amor de Dios, entonces me digo: “¡Dios me ama tal como soy! Y me cuida, me abraza, me canta, se ríe conmigo, me aplaude, me alienta a seguir adelante. Así es Dios porque nos ve a través de la sangre de su hijo amado Jesús, por  quien fuimos justificados una vez y para siempre.  Este pensamiento me ayuda a sentir una reconciliación conmigo misma, he tratado de verme a mí misma como Dios me ve, Dios me ha enseñado algo hermoso.

 Mi primer nieto tiene ahora un año y tres meses, está aprendiendo a caminar y apenas se da a entender con sus balbuceos. Quiero decirte que nunca me imaginé que existiera un amor tan grande, tan lleno de vida, tan lleno de paz y plenitud; veo a mi nieto y veo en él  a mi hija, veo como floreció el amor con su esposo, veo el amor que alguna vez sentí por quien fue mi esposo y siento una reconciliación tan plena hacia toda mi vida, quizá por eso he pensado en la importancia de las generaciones.

Así cuando me siento a contemplar sus pasos,
sus risas, sus caritas que me ríen, sus ojitos brillan,
así es cuando siento esa plenitud que me alegra,
así fue que un día escuché a Dios decirme:
“Así te veo, así te amo.”  

Entonces pensé,
no importa que mi nieto se caiga o llore o no se pueda levantar,
está aprendiendo,
no importa que no sepa hablar,
así le entiendo, le amo, le aplaudo, le abrazo, le canto.
Sé que Dios lo hace conmigo
sé que Dios lo hace contigo.

¡Disfruta de su eterno y profundo amor!    

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