jueves, 28 de noviembre de 2019

¿Existirán los ornitorrincos y los unicornios?



Alguien me preguntó si conocía los ornitorrincos, cuando escucho la palabra viene a mi mente sólo una imagen: la mascota callada y misteriosa de Phineas y Ferb. En realidad nunca he visto uno de verdad, así que tuve que "guglearlo", vi algunas imágenes y ¡qué animal tan raro! es feo pero lindo. En fin, esto me llevó a hacerme una pregunta: ¿Por qué creer en lo que no he visto? No he visto un unicornio por ejemplo, sin embargo sé que no existen.

La cuestión es ¿creer o no creer? Creo que existe el aire, pero no lo veo, creo que existe la energía, pero no la veo, creo que existe el amor, pero no lo veo. Aunque el aire, la energía y el amor tienen una evidencia tangible de su existencia. La veracidad de una cuestión para creer o no, es la evidencia, hechos histórico y datos de personas serias que nos dan explicaciones demostrativas del asunto en cuestión.

¿Existen los ornitorrincos? Sí existen, en cambio los unicornios no, que por falta de espacio no argumentaré, pero viene a mí otra cuestión que se ha debatido a través de la historia, y esta es: "La existencia de Dios".

Actualmente creo que ya ni es tema de discusión, lo pasamos de largo para no perder el tiempo, pero ¿existirá? Hay un libro que extrañamente a permanecido a lo largo de toda la historia de la humanidad, así tal cual lo leemos hoy, así mismo se ha leído durante por lo menos 1,500 años o más. En tiempo de Jesús leían su primera parte que es el antiguo testamento y después de Jesús leemos el nuevo testamento.

¿Cómo un libro escrito por diferentes autores, de diferentes épocas y muy diversos estratos sociales, ha permanecido hasta nuestros días? ¡Increíble! ¿no?

Hay evidencia, hay hechos históricos y hay testimonios de personas serias de que algo sobrenatural acontece cuando te acercas a leerlo ¿Sabes qué es? El amor de Dios que es real, no juzga, no condena, no señala y no está enojado contigo... ¡Sólo es!   


lunes, 28 de octubre de 2019

Qué es la Gloria de Dios.

Hace unos días recordé toda aquella experiencia que viví para la operación de mi pie derecho. Tenía un problema para caminar y la única solución era la cirugía. Pero por aquellos días ni siquiera pasaba por mi mente la idea de llevarla acabó, no estaba en mis planes, bueno, ni siquiera pensaba en ir con algún médico para conocer su opinión ¿Cómo explicarlo? Era un asunto "olvidado" con el que batallaba todos los días.

Para mí sorpresa, Dios tenía un plan maravilloso: me regaló 100 días de milagros sorprendentes (y tengo muchos testigos). Primero un viaje a la playa con mis amigos, eso de por sí ya era para mi un milagro, lo inesperado fue que de allí todo comenzó con una "casualidad" tras otra ¡eran los regalos del cielo! Todo tuvo un propósito eterno. Que las personas conocieran su amor y verdadera naturaleza, que es siempre bendecirnos y alegrarnos.

De allí, una amiga me presentó a alguien que conocía a alguien que me  consiguió una cita en uno de los mejores hospitales de ortopedia en México, en esa cita me asignaron al mejor especialista que yo necesitaba.

Después llegaron los recursos, las fechas, los lugares, las personas, todo lo correcto, en orden perfecto y con bendiciones llenas de alegría. La operación salió perfecta, la recuperación y la rehabilitación fluyeron como un río en calma, todo avanzó sin problemas. Esto sólo nos muestra el grande e inagotable amor de Dios por cada uno de nosotros.

Recuerdo que al estar en el quirófano y antes de cualquier anestesia, le pregunté al doctor que "¿qué era ese vapor brillante que le ponían a la sala de operaciones y para qué era?" El doctor no sabía de qué le hablaba, pero para mi era tan evidente ese vapor que hasta lo quería tocar. Así que el doctor solicitó que ya me durmieran, que porque me veía muy nerviosa. La verdad es que me sentía feliz y muy calmada, ni yo misma lo podía creer porque normalmente soy nerviosa.

Aquel vapor brillante era la Gloria de Dios, lo supe después porque escuche historias de otras personas que habían tenido esa misma experiencia: Calma, paz, gozo y alegría en medio de una situación difícil. Es decir, quizá tomando el sol frente al mar sería lógico sentirse así, ¿pero en un quirófano a punto de iniciar una cirugía de huesos? Eso es más difícil de entender.

Cuando recordé todo esto, me pregunté ¿qué estaba pasando por mi vida antes de esos 100 días de milagros continuos? Creo sinceramente que no tuve nada que ver, nada que yo hiciera provocaron esos milagros... ¿o si?

Lo que sí sé es que todos tenemos libre acceso a esto y más. ¿Por qué entonces no las vivimos más a menudo? Porque escrito está: "el mundo está lleno de la Gloria de Dios", pero conocerla, entrar en ella y vivir allí es otra cosa.

¿Qué es la Gloria de Dios? ¡¿un vapor brillante?! Antes que nada repetiré: Todos podemos entrar a esa atmósfera, ¿cómo? Esa pregunta se responde fácil y no. ¿Cómo es eso? Bien, pues la respuesta fácil es: ¡creyendo! Sí, sólo basta creer y ya estás dentro. El problema es nuestra mente, los argumentos, el razonamiento, la lógica. Nada que proviene del cielo se comprende con la mente, todo es con el corazón, de allí surge la fe.

Hablemos de la Gloria, qué nos dice nuestro testamento, nuestra herencia:

La primera manifestación de Dios a través de una nube la vemos en el tiempo de Moisés, cuando una nube guiaba al pueblo de Israel durante el día para cubrirlos del sol y del sofocante calor del desierto. Cuarenta años caminando por el desierto y nadie se enfermó. Era la presencia de Dios, la Gloria de Dios. Después cuando Moisés subió al monte Sinaí para hablar con Dios, al bajar su rostro resplandecía, era tan brillante que las personas tuvieron miedo y Moisés optó por cubrirse con un velo. Cabe mencionar que cuando Dios se presentó al pueblo para hablar con ellos, bajó una gran nube espesa, después hubo truenos y relámpagos, un sonido de bocina muy fuerte y el monte humeaba. Ante aquel espectáculo aterrador, el pueblo decidió quedarse a la orilla del monte y por esa razón solamente Moisés subía a hablar con Dios.

Hasta aquí vamos descubriendo nubes, humo, luces y relámpagos, sonido de bocina y el rostro de Moisés brillante como el sol.

Algo similar, pero no tan dramático ocurrió cuando Jesús subió a un monte, lo acompañaba Pedro, Santiago y Juan, al llegar su rostro resplandecio y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz, después una nube de luz los cubrió y se escuchó una voz: Este es mi Hijo amado, a él escuchen.

Más adelante, cuando Jesús ya había resucitado y sus discípulos comenzaron a llevar todas estas buenas noticias, a muchos de ellos los persiguieron incluso para matarlos. Esteban, uno de los discípulos, quien estaba lleno de poder, pues hacía prodigios y señales entre el pueblo, un día lo arrestaron, cuando habló en su defensa, relató todo esto que te platiqué, cuando todos lo estaban escuchando vieron su rostro iluminarse como el rostro de un ángel. Aquellas personas sorprendidas comenzaron a enojarse (era el espíritu del anticristo que no soporta la luz de Dios). Esteban al sentir su enojo, decidió fijar sus ojos en el cielo, fue entonces cuando vio la Gloria de Dios y dijo: ¡veo los cielos abiertos y a Jesús a la derecha de Dios!

Así que esa es la Gloria de Dios, si haz creído lo que te he contado, ya tienes entrada a todas esas experiencias en Cristo, porque él es el camino, la verdad y la vida. Ahora sólo necesitas hablar con Jesús y pedirle que te guíe todos los días de tu vida. Tendrás experiencias hermosas y reales que nada ni nadie podrá sacarlas de tu corazón.

Moisés hablaba con Dios, Jesús hablaba con Dios, Esteban hablaba de lo que sabía y conocía, así que seguramente también hablaba con Dios. ¿Cómo vivir, experimentar y conocer la Gloria de Dios? ¡Exacto! Habla con Dios. (Punto no hay nada más que decir).

Es una gran aventura, entremos en la Gloria de Dios, Jesús es el camino.


viernes, 4 de octubre de 2019

Al que cree todo le es posible (Y ese es Jesús).



Hijo mío, escucha con atención mis palabras:

Job no me conocía, de oídas me había oído, pero no me conocía. Era recto en gran manera, pero no me conocía aunque yo le amaba, les amo desde antes de la fundación del mundo, yo los formé en el vientre de su madre, pero muchos de ustedes no han querido conocerme.

Me mostré a ustedes hace ya mucho tiempo diciendo: "Con amor eterno les he amado, por tanto les prolongué mi misericordia." 

Cuando tuve aquella reunión con Jesús en un monte alto y se presentaron Moisés y Elías, en lo que ustedes llaman La Transfiguración, les dije: "Este es mi hijo, a Él escuchen". Me refería a no escuchar la ley representada por Moisés, ni a los profetas representados por Elías, estos dos son muestra del Antiguo Testamento, sombra de la verdad que es Jesucristo. (Cuando ven una sombra, no ven a la persona en sí, saben que allí está, pero sólo es la figura de lo que en realidad es). Aquel momento lo usamos para mostrar a Jesús vivo y brillante por que es la Gracia, a Él escuchen, escuchen la Gracia por medio de Jesús, pues a través de Él obtendrán todo lo que me pidan.

Pasarán un tiempo aprendiendo a confiar, aprendiendo a descansar en nosotros. En ese tiempo habrá dificultades, pero para cada dificultad tengo una maravillosa bendición, no envié las dificultades a Job, yo lo había bendecido sin dificultad, pero él no me conocía.

En sus corazones hay temor, pero hoy viven bajo el nuevo Pacto, el Pacto de la Gracia que es Jesucristo, en Él lo tienen todo, esfuércense en descansar, en creer y escuchen a Jesús, mi hijo amado quien los ama profundamente. 

Hay tanto por decir, hay tanto que les quiero dar, pero tienen que confiar en mi amor. Juré por mí mismo que no me volvería a enojar con ustedes, así que hoy no estoy enojado, les amo, los veo a través de mi hijo Jesús. No es mi naturaleza enseñarles con castigos porque Jesús dijo: "Consumado es" No hay nada más que pagar. 

Él fue golpeado para que ustedes no, fue humillado para que ustedes no, le clavaron espinas en su cabeza para que ustedes sean libres de esos pensamientos que los atormentan como espinas, ya no tiene que ser así. 

Jesús recibió heridas por todo su cuerpo, derramó toda su sangre para que ustedes sean sanados en cada parte de su cuerpo; Jesús fue despojado de sus ropas, hasta la desnudez, eso representa la carencia y pobreza total para que ustedes sean enriquecidos. 

Vean la prosperidad de Abraham, Isac y Jacob; mi siervo David era sólo un pastor de ovejas y lo hice un rey, su linaje fue bendecido hasta llegar a Jesús: Rey de reyes y Señor de señores, todas esas generaciones fueron reyes y sacerdotes y ustedes reciben la misma herencia por medio de Jesús. Ya no vivan como esclavos, son mis hijos, conozcan mi naturaleza de amor: "No hay condenación para los que me reciben."

No envío enfermedad porque Jesús murió para sanarlos, no envío pobreza porque fueron enriquecidos por medio de Jesús. En cada problema que encuentren yo tengo una mayor bendición, recibanla.   

Qué alegría sentimos cuando Job dijo: "De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven". Allí me conoció, él vio la Gracia, reconoció mi amor y le restituimos todo lo que había perdido. No temas como Job, sólo cree, pero si no puedes creer, vuelve tus ojos a Jesús, él ya lo hizo por ti, Jesús ya creyó en tu lugar, porque "Al que cree todo le es posible." 


 

martes, 24 de septiembre de 2019

Carta a mi abuela

Hoy estoy tan feliz de ser abuela,
no recuerdo con detalle lo que viví contigo,
sólo tu amor, tu estar... tu bendición.

Hoy puedo conocer tu corazón
y me alegro tanto de experimentar lo mismo.
Ya sé porque llorabas cuando mis papás me recogían.

¡Qué amor tan grande se experimenta al ser abuela!
Creo que no te has ido
y me acompañas siempre.

Puedo ver con tus ojos la sonrisa de mi nieto,
la luz de su mirada cuando me ve.
Quiere mi sopa, quiere la galleta, quiere jugar con mi perro y correr en mi jardín.

Recuerdo abuela, que yo hacía lo mismo,
quería tu huevito y el agua de limón,
limpiábamos la jaula del perico y salíamos al mercado. 

Gracias abuela por enseñarme el amor,
quizá lo aprendiste como yo ahora,
la sonrisa de los nietos brilla hasta lo profundo.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Permite que Dios te abrace


Permite que Dios te encuentre, te abrace, te cuide, te cargue, haga fiesta por ti. En eso consiste su amor. En que él nos amó, nos buscó, nos encontró, nos limpió, nos puso vestiduras nuevas y nos dio la identidad de ser sus hijos.

Jesús le contó a un grupo de personas una historia para explicar cómo es que todo el cielo se alegra cuando un pecador abre su corazón y recibe los regalos que hay en el cielo para hacerlo feliz. Normalmente un pecador es una persona triste, enferma, malhumorada y vacía, está tan contaminada de la naturaleza de pecado que Dios no lo puede ver, pero lo está buscando. En un momento de desesperación quizá alce sus ojos al cielo, quizá busque a Dios, quizá algo en su corazón se abre y entonces Dios lo ve ¡Lo ha encontrado! Va por él, lo carga, lo abraza, lo limpia, y le da nueva naturaleza, lo hace su hijo “Hijo de un Rey” del Rey de reyes que no es cualquier cosa.

La historia que cuenta Jesús a quienes lo escuchaban es esta:

<<Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa.  Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”. De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!>>

¿Te imaginas a Dios buscándote? Y tú ni en cuenta, estás tan preocupado, estresado, quejándote de todo, odiando tu vida, peleando con todos ¡Ya no puedes más! Si tan sólo hicieras una pausa, si tan sólo te quedaras quieto para que Dios te encuentre, te cargue en sus hombros, te lleve a su casa. Él hará una fiesta en el cielo porque tú haz vuelto… aquí hay otra historia:

<<Un hombre tenía dos hijos. El hijo menor le dijo al padre: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos. Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada.  Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país, y él comenzó a morirse de hambre. Convenció a un agricultor local de que lo contratara, y el hombre lo envió al campo para que diera de comer a sus cerdos. El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada.

 »Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero’”.  »Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”.

»Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.

Así es Dios con nosotros, esperará hasta que vuelvas, correrá a encontrarte, te abrazará como un padre que extraña a su hijo, y dirá: "Rápido traigan la mejor ropa que hay", te pondrá el anillo que te distinguirá como su hijo y hará una fiesta por ti. Te dará lugar de autoridad en su casa, te entregará sus riquezas y los demás te reconocerán como el hijo de un Rey.

¿Eres hijo o esclavo?



La verdad es que nunca lo había entendido en su totalidad, he escrito, he platicado, he instruido a otros acerca de que las personas somos un cuerpo y tenemos alma y espíritu, sin embargo nunca había entendido lo más importante de esto.

Creo que saber que las personas estamos formadas por tres partes, resulta muy interesante, pero ¿qué hay de práctico en saberlo?

Primero te platicaré lo que ya sabía y he explicado: El ser humano es un ser tripartita, o sea de tres partes:

Cuerpo – Es el estuche: son los ojos, el cabello, la altura, la complexión, y también riñones, pulmones, intestinos, etc. Todo lo que constituye la parte física, con la que conocemos y experimentamos; por el cuerpo vemos, oímos, sentimos, gustamos, olemos. Todas esas sensaciones se depositan en el alma. Todos los recuerdos que tienes, buenos o malos, primero los viviste con el cuerpo, es decir, escuchaste, sentiste, hablaste, oliste y viste cierta circunstancia, esa vivencia la procesaste como bueno o malo y quedó en el alma como un recuerdo.

Alma – Entonces en el alma están los recuerdos, los pensamientos, el carácter, las actitudes, las emociones (tristeza, alegría, amor, odio, rencor, antojos, hambre). El alma y el cuerpo están conectados ya que por el cuerpo conocemos y con el alma procesamos. En el alma están las heridas más profundas, los conflictos existenciales, los sueños, metas, anhelos. Cuando odiamos o amamos poquito o mucho, eso está en el alma. Si una persona está muy triste, su cuerpo se siente cansado, casi ni se quiere mover, pero si la persona tiene emociones positivas como alegría, creatividad, amor, entonces su cuerpo se siente activo, lleno de energía. Es por esto que se dice que las enfermedades comienzan en el alma, una persona llena de resentimiento, enojo, estrés, etc., es más fácil que se enferme. Normalmente una persona sana es una persona alegre (no perfecta, eso es diferente y no existe).

Espíritu – Es la parte que nos da vida, la que nos conecta con Dios. Cuando un cuerpo pierde la vida, es porque su espíritu salió completamente y para siempre, decimos que la persona murió. Cuando a una persona le deja de latir el corazón, entonces esa persona es declarada muerta (aquí vemos una conexión entre el espíritu y el cuerpo). Por lo tanto cuando a una persona le comienza a latir el corazón, es cuando su espíritu ha entrado para darle vida. Dios es el dador de la vida y nos deja una parte de su naturaleza para conectarnos con él  y precisamente es por medio del espíritu.

Dios es una persona en el cielo, y espiritualmente es como lo podemos conocer, de hecho el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios, parece obvio, pero no todos lo entendemos, yo lo entendí muy tarde y me sorprendí mucho de ver al Espíritu Santo como el Espíritu de Dios. Jesús le dijo a sus discípulos “Es mejor que me vaya, porque cuando yo no esté les enviaré al Espíritu Santo.” Es decir, nos envió su Espíritu, que es el Espíritu de Dios, para que nos guíe, nos enseñe, nos acompañe, nos cuide ¡Y si lo hace! Pero no todos lo reconocen.

Ahora vamos a explicar la parte práctica, la que te comenté que recientemente entendí ¿Listo?

En una ocasión Jesús le explicó a uno de sus seguidores que tenía que nacer de nuevo, cada uno de nosotros necesitamos lo mismo y lógicamente no se refiere al cuerpo, sino al espíritu. Pablo explicaba al pueblo romano en una de sus cartas, que cuando usas tu alma (es decir, tu mente y tus emociones),  y además usas tu cuerpo (tu voz, tu ojos, tus manos) para reconocer tres puntos fundamentales: 1)Jesús se hizo hombre (o sea que ya era rey en el cielo y decidió dejar su condición de Dios para hacerse hombre, además lo hizo por amor), también decidió entregar su vida para ser maltratado y humillado, decidió morir con una muerte dolorosa y vergonzosa; 2) Resucitó al tercer día y después subió al cielo con todo y su cuerpo físico, 3) Y por todo esto lo reconocemos como Rey de reyes y Señor de señores. Cuando reconoces estas tres cosas y lo declaras con tu boca, en ese momento tu espíritu ha nacido de nuevo ¿Ya lo hiciste? ¡Qué esperas!

Tu nombre se escribe en el libro de la vida, te conviertes en verdadero hijo de Dios (antes de esto somos criaturas de Dios, pero nos reconoce como sus hijos hasta que nosotros aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador). En ese momento el Espíritu de Dios vive en ti, le ha dado vida a tu espíritu, leemos en la biblia que cuando nuestro espíritu es nuevo, la condición de pecado es borrada, el espíritu es limpiado y justificado, Dios nos ve hermosos, justos, limpios y perfectos porque nos ve a través de la Sangre que Jesús derramó en la cruz. En el mismo momento en que le entregas tu vida a Jesús, ya tienes entrada al cielo, quiere decir que en el momento en el que termine tu vida, tu espíritu va al cielo sin lugar a dudas.

¿Por qué entonces no somos perfectos? La verdad es que tenemos los mismos problemas, los mismos hábitos, los mismos pensamientos. Las personas que verdaderamente le entregan su corazón a Jesús sentirán una alegría como nunca antes, y también experimentarán paz en medio de las circunstancias, pero… ¿recuerdas cómo funciona el alma y el cuerpo? Bien, pues cuando el espíritu está renovado, el alma y el cuerpo serán cambiados poco a poco por la influencia del espíritu. O sea que aunque el espíritu ya es justo y perfecto, el alma y el cuerpo no lo son.

Entonces nuestro espíritu es renovado instantáneamente al reconocer a Jesús, pero el alma y el cuerpo poco a poco serán transformados, es por eso que los cambios tardan, pero sí ocurren. Hay personas que cuentan que inmediatamente fueron sanados, o que inmediatamente dejaron las drogas, o que inmediatamente tuvieron un crecimiento económico. Todo eso claro que ocurre en algunas personas, Dios está listo para entrar con todas sus bendiciones, pero somos nosotros los que ponemos límites y esos límites están en el alma. ¡Qué maravillosa bendición para aquellos que reciben milagros sorprendentes de inmediato! Ellos están abiertos para recibir las bendiciones.

Por otro lado, el espíritu de la persona que recientemente recibe a Jesús, es un bebé espiritual que está lleno del amor de Dios, recientemente ha nacido de nuevo. Pero igualmente ya tiene al Espíritu Santo con todo poder y autoridad. Poco a poco el Espíritu Santo lo llevará a pensar en aquellas personas que le hicieron daño, también le recordará cosas dolorosas de su pasado que ya ni sabía que estaban allí, el objetivo es que todas esas heridas sean sanadas a través del perdón. La buena noticia es que sí podrá hacerlo porque Dios mismo le estará capacitando.

También trabajará con los hábitos destructivos, con los pensamientos de auto rechazo, conmiseración, pensamientos de enfermedad, pensamientos de pobreza, con todo lo que no es vida. Y poco a poco aquello que era una cadena pesada (ejemplo: alcoholismo, tabaquismo, glotonería, pereza, chismes, pleitos, habladurías, hurtos, queja, enojo desmedido… etc.) se irá haciendo muy ligero y fácil de soltar.

Entendamos  algo, el alma se convierte en un regulador entre el cuerpo y el espíritu. El cuerpo quiere comer en exceso, beber en exceso, placeres en exceso, criticar, chismear, sentirse victima, menospreciado; el espíritu ya no necesita todo eso para ser feliz, ya está pleno con la presencia y el amor de Dios. Así que el alma va siendo sanada y renovada, de pronto la mente comienza a sentir calma (esos torbellinos de pensamientos que nos generan intranquilidad, comienzan a disiparse) los pensamientos son más claros y hay más entendimiento. De esta manera es como el alma regula los deseos del cuerpo, con ayuda del Espíritu Santo que vive en el espíritu de la persona.

La oración es la mejor y más efectiva forma de ir renovando la mente, ya sabemos que al renovar la mente, el cuerpo recibe vida, energía, felicidad, plenitud y todo esto fluye del espíritu, un espíritu conectado con Dios. Los milagros comienzan a suceder, los dolores del cuerpo se van, el dinero empieza a llegar, las oportunidades se abren, la creatividad fluye… en lugar de estar malhumorado, cantas; en lugar de pelear, ríes; en lugar de odiar, amas. Esto solamente ocurre con la oración, la oración es el momento de hablar y escuchar a Dios con tu biblia en la mano (es la mejor forma de aprender a escuchar a Dios, leyendo su palabra) Me gusta pensar que estoy leyendo whatsapps de Dios, sus mensajes para mí están en la biblia.

¿Por qué algunas personas cercanas a Dios no cambian, siguen siendo amargadas, enojonas, tristes? Porque no permiten que el Espíritu de Dios les cambie la manera de pensar, retienen ideas equivocadas acerca de lo que es Dios. Muchas personas se molestan cuando les dices que Dios ya perdonó nuestros pecados pasados, presentes y futuros, ya no hay condenación para los que aman a Dios, ahora podemos descansar en el amor de Dios.

¡Todos necesitamos nacer de nuevo! Dejamos de ser esclavos del pecado y pasamos a ser hijos de Dios. Pensamos que al hablar de Dios es aburrido, pero es lo mejor que nos puede pasar, una vez que lo entendemos profundamente. Tiene que ver con la eternidad y no sólo con la vida que es pasajera. Entonces tú ¿Eres hijo o eres esclavo?  

viernes, 6 de septiembre de 2019

El tiempo de baile llegó


    


     Miraba con ansia su reloj, los números de oro marcados por delicadas manecillas, cada segundo se movía con un ritmo que la hacía enloquecer. Por todo el borde interior había pequeños diamantes sobre lo que parecía una caratula sutilmente nacarada, cubierta por un cristal suficientemente grueso para resaltar las horas. Cada perla bordeada por otro círculo de diminutos diamantes le recordaba que el tiempo corre  y ni la pieza de diseñador más fina puede detener, todo tiene su tiempo, todo llega a su tiempo. La correa en piel blanca muy fina decoraba su muñeca delgada que hacía girar ininterrumpidamente para no perder la calma, pero ya la había perdido más de lo que ella imaginaba.

   Se quedó quieta, vio el reloj detenidamente, le recordaba ese sublime amor y sonrió, sintió esa paz nuevamente, aquello que le provocaba bailar, cantar y gritar de alegría en sus adentros, nadie sabía de su plenitud, lo guardaba para sí, sólo se le vio sonreír sin motivo aparente. 

   No había nada mejor que sentirse amada, preferida, única y sorprendida ante tanta magnificencia inesperada, todo había valido la pena, el tiempo de baile llegó.  

sábado, 31 de agosto de 2019

Cuento breve

   Caminó sin recordar a donde iba, el dolor de su vientre hacía que sus pensamientos se confundieran, el sudor le corría por la espalda, el sol le golpeaba la cabeza, se sintió desvanecer. Se detuvo un momento e instintivamente se inclinó un poco, se recargó en la pared y su negra cabellera le cubrió el rostro pálido, cerró los ojos y apretó los labios; unos instantes después se incorporó para seguir su camino. Vio que la farmacia estaba cerca, apretó la  bolsa contra su cuerpo y pensó que traía suficiente dinero para comprar las pastillas, quizá esta vez se animaría a inyectarse, el dolor no la dejaba trabajar y necesitaba recuperar su vida.    

   Empujó la puerta de la farmacia e inmediatamente sintió el aire fresco envolverla por completo, pero no ayudó a disminuir el dolor, así que sintió un alivio momentáneo porque las punzadas regresaron en el vientre. Caminó rápidamente hacia el mostrador.

—   ¿Tiene butorfanol?
—   ¿Trae receta?
      ¡No señorita! ¡No traigo, pero me urge!
      Pues no le podemos vender sin receta.
     ¡Señorita, deme algo por favor!
     Puede ir al pasillo “C” allí están los medicamentos que se venden sin receta.

   Después de dirigirle una mirada penetrante, dio media vuelta, ya un poco encorvada caminó apresuradamente al pasillo “C”. Buscó entre temblores, cualquier pastilla que ayudara, pero sintió que sus piernas se debilitaban, tuvo que sostenerse de los anaqueles tirando algunos medicamentos para después chocar contra un cliente.

    Niña fíjate por donde caminas, me vas a tirar.
    Disculpe me siento muy mal.
   No es mi problema —al decirlo tomó una última caja de pastillas que anunciaban una oferta: “Descuento en medicamento contra el cólico”.   
   ¿En dónde hay más de esas pastillas?
   Son las últimas.

   Intentó buscar algo más que pudiera mitigar el dolor, la cabeza le dio vueltas, la vista se le nubló, creyó sostenerse de algo, pero sólo sintió como su cabeza golpeaba contra el piso. Fue un golpe seco que le robó el aliento, los días, los sueños. Todo se obscureció, dejó de sentir, de oír, de oler, su corazón dejó de latir. Ahora flota por el techo, se aleja de sí misma, su cuerpo quedó inerte y nadie lo notó. De pronto estaba parada en la orilla de la azotea, el aire era suave y no lo sintió, el sol brilla, pero tampoco sintió calor, miró sus manos y las vio brillar. Alzó sus brazos y voló. 

viernes, 9 de agosto de 2019

Bendiciones para las generaciones



Me di cuenta,
la genealogía es fundamental.

Entendí así de pronto, 
como una chispa que alumbró mi mente, 
algo que se acomodó en mis ideas,
tal cual un rompecabezas.

Partes de la biblia se unieron en mi cerebro,
vi el panorama completo,
encontré  lo importante para cada persona,
para su historia,
para su registro personal.

Todas las generaciones que le antecedieron,
cada hoja, rama, ramita, tronco, raíz, copa.
El árbol es uno mismo
la sabia, corteza, clorofila,
lo que corre por las venas
y la reconciliación con todo eso.

<<Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti». Dejó escrito Moisés al escuchar que así habló Dios a su hijo Abraham. 

También agregó en aquella parte que es la ley hasta el día de hoy: <<Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación>>, <<Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos>>

Así estableció Dios que funcionaran las cosas,
cargamos las consecuencias,
aquellos pecados de antepasados,
herencia de ojos, de piel y de pecados.

Así tan claro como este ejemplo que te cuento a continuación:

                 Resulta que tu tatarabuelo perdió sus tierras (quizá como consecuencia de lo que había hecho su propio tatarabuelo) desde que las perdió comenzó a beber y se volvió alcohólico, luego su hijo al ver el ejemplo también fue alcohólico, pero él comenzó a ser mujeriego a consecuencia del mismo alcohol; entonces tu abuelo sin saber por qué desde joven comenzó a tomar, era mujeriego y después golpeaba a su esposa. Consecuencia, tu papá creció en una familia disfuncional y ¿adivina qué? Era alcohólico, pero él deseaba una buena familia, así que trató de ser la mejor versión de sí mismo, pero no pudo dejar el alcohol. A pesar de todo, tú no sabes el motivo por el cuál te resulta imposible dejar de tomar, tienes furia desmedida y no quieres, pero a veces desearías engañar a tu esposa ¡Consecuencias generacionales!

>>Sigue leyendo hay buenas noticias<<

                Este es un sencillo ejemplo de lo que ocurre en nuestras vidas sin saber los motivos, ahora bien, no podemos volvernos locos buscando los pecados de nuestros antepasados. Sería muy absurdo: 
  
¡Dios es bueno!
Lo mejor es, que él nos ama de verdad,
lo asombrosos es, que él mismo tiene un plan,
lo maravillosos es, que él borra todo registro de pecado.


 Pablo el apóstol de Jesucristo escribió una carta al pueblo de Roma diciendo,
<<Sin embargo, Dios nos declara justos gratuita y bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados>> Luego dio una explicación más amplia escribiendo,

<<Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.  Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios>>

                Las palabras escritas por Moisés pertenecen al Antiguo Testamento, cuando Dios estaba estableciendo la ley, o sea los mandamientos (Para los que no conocen muy bien de las cosas de la biblia, aclaramos que Jesús aún no había nacido). Y la carta a los romanos pertenecen al Nuevo Testamento,  en ese momento Jesús ya había sido crucificado, resucitado y subido al cielo.

                ¿Qué significa todo esto? Pues que aunque la ley marca que somos pecadores, y aunque cargamos con el peso de nuestros antepasados, aún con todo eso Jesús entregó su vida para que nosotros fuéramos justificados, o sea, libres y perdonados de toda condenación. Más claramente te diré: Esos pecados fueron borrados en la cruz, los tuyos, los de tus antepasados y los que vendrán.

Esto es por fe,
al creer recibes.
Jesús murió  y resucitó
en tu lugar.
Para ti muerte,
Él tomó tu lugar,
entregó su victoria en tus manos.
Si lo crees recibes,
 ya está hecho,
 eres libre, eres justo, eres nuevo,
habla con Jesús.     

                Tal vez nos preguntamos: ¿Cómo así de fácil? ¿Creo y recibo? Es que por medio de la fe, resulta que ya estamos justificados delante de Dios ¡Sí, así de fácil! ¿No es grande e incomprensible el amor de Dios?  Pero en eso vemos la magnitud de su amor, el amor del Padre, en que sólo por medio de su hijo Jesús alcanzamos la justificación y no por nosotros, sino por el maravilloso y magnífico sacrificio de amor.

                Pues si eso te sorprende (espero que alcances a entender que tú y yo merecíamos la muerte, pero Jesús tomó ese lugar y ahora no sólo recibimos vida, sino vida en abundancia ¿ahora sí estás sorprendido?) Pues espera a leer lo que sigue, hablábamos de las generaciones, dice claramente que los pecados de los padres se extienden a los hijos hasta la tercera y cuarta generación, ¿Qué significa eso? ¿Será que tenemos que confesar los pecados de las cuatro generaciones anteriores?

Vamos a descifrar las generaciones:

Un señor y su esposa serán la primera generación,
Segunda generación son los hijos,
Tercera  los nietos,
Cuarta  bisnietos,
Quinta tataranietos,
Sexta Choznos,
Séptima bichoznos.

Así que para cuestiones de pecados tendría que pensar en los cometidos por mis padres, cuatro abuelos,
ocho bisabuelos,
dieciséis tatarabuelos,
treinta y dos choznos, etc.

Tal cosa sería una tontería y también imposible de conocer. Es más, no podríamos ni siquiera conocer los pecados de nuestros padres, y para ser bien sinceros, delante de Dios quién podría enumerar sus propios pecados ¡Nadie!

En una ocasión Jesús dijo: <<Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón>>  y después agregó, <<Han oído que a nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás sujeto a juicio”.  Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno>>

Esto aplica ahora para todo género humano, ya que Dios no cambia, no es moda, no es viento que pasa, él es Dios de principio a fin. Y así, con estos dos sencillos ejemplos nos damos cuenta de la magnitud de pecados que cargamos de todas las generaciones pasadas.

Conocidos o desconocidos,
hubo gestación de hombre y  de mujer,
no hay otra fórmula,
tenemos sesenta y dos personas pecadoras,
aun antes de nacer, 
hasta la séptima generación,
nadie podría decir:
¡Estoy libre de culpa!

Hay buenas noticias,
¡Jesucristo es nuestro salvador!
¡El único que resucitó de entre los muertos!
¡El único que puso su vida en tu lugar!

Volveremos a las cartas de Pablo, ya que aprendió directamente de Jesús en el tercer cielo, así escribe al pueblo Colosense: <<Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz. Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna nueva ni los días de descanso.  Pues esas reglas son solo sombras de la realidad que vendrá. Y Cristo mismo es esa realidad>>  

Profundamente maravilloso,
somos herederos
no hay otro Dios igual
regalo inmerecido
espléndidas bendiciones.

¿Cuáles? Verás, a continuación leerás las mayores bendiciones que Dios entregó a su pueblo y que nosotros recibimos por medio de Jesucristo, esto es porque Jesús cumplió con absoluta y perfecta obediencia y nosotros lo recibimos por fe, leerás que dice “Si obedeces al Señor tu Dios” y como nadie es capaz de cumplir impecable obediencia, nos unimos a Jesús en su perfecta obediencia para recibir las siguientes bendiciones:

Moisés escribe al pueblo de Israel (que por medio de Jesús nosotros recibimos las mismas bendiciones):

»Si obedeces al Señor tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo.  Si obedeces al Señor tu Dios, recibirás las siguientes bendiciones:
Tus ciudades y tus campos serán benditos.
Tus hijos y tus cosechas serán benditos. Las crías de tus rebaños y manadas serán benditas.

Tus canastas de fruta y tus paneras serán benditas.
Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito.
 »El Señor vencerá a tus enemigos cuando te ataquen. ¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por siete!
»El Señor te asegurará bendición en todo lo que hagas y llenará tus depósitos con granos. El Señor tu Dios te bendecirá en la tierra que te da.

 »Si obedeces los mandatos del Señor tu Dios y andas en sus caminos, el Señor te confirmará como su pueblo santo, tal como juró que haría. Entonces todas las naciones del mundo verán que eres el pueblo elegido por el Señor y quedarán asombradas ante ti.
»El Señor te dará prosperidad en la tierra que les juró a tus antepasados que te daría, te bendecirá con muchos hijos, gran cantidad de animales y cosechas abundantes.  El Señor enviará lluvias en el tiempo oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado. Si escuchas los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy y los obedeces cuidadosamente, el Señor te pondrá a la cabeza y no en la cola, y siempre estarás en la cima, nunca por debajo.  No te apartes de ninguno de los mandatos que te entrego hoy, ni sigas a otros dioses ni les rindas culto>>    

                ¡¿Qué te parece?! Yo levanto la mano para que todo esto sea una realidad en mi vida… Buen punto, ¿Por qué si lo sé, todavía no lo veo manifestado? Amigos tenemos que trabajar con lo que hay en el alma, porque es un hecho que Jesús ya lo hizo, está completamente explicado, es una realidad. Personalmente puedo contarte algunas experiencias maravillosas en las que he visto regalos inesperados llegar a mis manos, Dios me ha sorprendido muchas veces. Pero confesaré que hay áreas en mi vida en las que todavía tengo que trabajar. Y para ser bien sincera, debo decir que para mí es una bendición escribir y así ser igualmente bendecida  que cualquier lector.

Volvamos a las generaciones,
las leyes de Dios están vigentes,
están actuando ahora mismo.
Sólo por Jesús somos reconciliados con Dios,
por medio de la fe
cuando reconozco a Jesús.
Es mi salvador, sanador, libertador,
ya fuimos justificados.

Recordemos el ejemplo de la persona con generaciones en alcoholismo, si alguno de ellos reconoce a Jesús como su Señor y Salvador, y declara con su boca que Jesús clavó en la cruz el alcoholismo generacional, esa persona y sus generaciones serán libres. Cada vez que sienta el impulso insaciable de ir a beber, recordará que Jesús ya lo hizo libre y verá que poco a poco o de tajo, dejará de beber.  

 Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús,
me repito a mí mismo
Cada día, cada noche, cada vez que tengo sed.
Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús,
me calma,  me sacia, me conforta
es mi salvación.
Me recuerda que Jesús pagó por mí libertad,
con su sangre, por su sangre,
no más cadenas, ni condena, ni reproche, ni prisión.

La palabra de Dios es vida
y la vida es luz
la luz derriba oscuridad,
las cadenas caen
la prisión se abre, es más fácil.

Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús
me repito
cada día, cada noche, cada vez que tengo sed.

También te tienes que esforzar en no ir a beber, pero será muy fácil porque Jesús te estará ayudando. (Aquí hablamos de alcoholismo, pero si en tu familia hay un patrón muy marcado por ejemplo: enfermedades del corazón, diabetes, deformidades, o bien, locura, demencia, bipolaridad, también puede ser soltería, adulterios, divorcios, ruina financiera, brujería, drogadicción, muertes prematuras, obesidad, lo que sea que sea destructivo, entonces acude a Jesús y declara que ya él pagó por ti).

¡Se anuló el decreto!
¡Jesús es la respuesta!

Puedes ir al psicólogo, hacer ejercicios de relajación, tomar cursos para el éxito, todo eso está bien, si lo ocupas hazlo, pero sin Jesús no llegarás muy lejos, te lo digo por experiencia.

 Es tan simple, sólo tienes que creer,
pero creer de verdad,
no sólo en palabras,
desde tu corazón,
 desde lo más profundo.
Que sea una convicción,
que no haya lugar a dudas,
que nada te mueva,
que nada te agite,
que nada te sacuda,
que tu certeza sea un roble
hecho está.

                Recientemente me he sentido confortada al meditar en el amor de Dios, entonces me digo: “¡Dios me ama tal como soy! Y me cuida, me abraza, me canta, se ríe conmigo, me aplaude, me alienta a seguir adelante. Así es Dios porque nos ve a través de la sangre de su hijo amado Jesús, por  quien fuimos justificados una vez y para siempre.  Este pensamiento me ayuda a sentir una reconciliación conmigo misma, he tratado de verme a mí misma como Dios me ve, Dios me ha enseñado algo hermoso.

 Mi primer nieto tiene ahora un año y tres meses, está aprendiendo a caminar y apenas se da a entender con sus balbuceos. Quiero decirte que nunca me imaginé que existiera un amor tan grande, tan lleno de vida, tan lleno de paz y plenitud; veo a mi nieto y veo en él  a mi hija, veo como floreció el amor con su esposo, veo el amor que alguna vez sentí por quien fue mi esposo y siento una reconciliación tan plena hacia toda mi vida, quizá por eso he pensado en la importancia de las generaciones.

Así cuando me siento a contemplar sus pasos,
sus risas, sus caritas que me ríen, sus ojitos brillan,
así es cuando siento esa plenitud que me alegra,
así fue que un día escuché a Dios decirme:
“Así te veo, así te amo.”  

Entonces pensé,
no importa que mi nieto se caiga o llore o no se pueda levantar,
está aprendiendo,
no importa que no sepa hablar,
así le entiendo, le amo, le aplaudo, le abrazo, le canto.
Sé que Dios lo hace conmigo
sé que Dios lo hace contigo.

¡Disfruta de su eterno y profundo amor!    

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