lunes, 28 de octubre de 2019

Qué es la Gloria de Dios.

Hace unos días recordé toda aquella experiencia que viví para la operación de mi pie derecho. Tenía un problema para caminar y la única solución era la cirugía. Pero por aquellos días ni siquiera pasaba por mi mente la idea de llevarla acabó, no estaba en mis planes, bueno, ni siquiera pensaba en ir con algún médico para conocer su opinión ¿Cómo explicarlo? Era un asunto "olvidado" con el que batallaba todos los días.

Para mí sorpresa, Dios tenía un plan maravilloso: me regaló 100 días de milagros sorprendentes (y tengo muchos testigos). Primero un viaje a la playa con mis amigos, eso de por sí ya era para mi un milagro, lo inesperado fue que de allí todo comenzó con una "casualidad" tras otra ¡eran los regalos del cielo! Todo tuvo un propósito eterno. Que las personas conocieran su amor y verdadera naturaleza, que es siempre bendecirnos y alegrarnos.

De allí, una amiga me presentó a alguien que conocía a alguien que me  consiguió una cita en uno de los mejores hospitales de ortopedia en México, en esa cita me asignaron al mejor especialista que yo necesitaba.

Después llegaron los recursos, las fechas, los lugares, las personas, todo lo correcto, en orden perfecto y con bendiciones llenas de alegría. La operación salió perfecta, la recuperación y la rehabilitación fluyeron como un río en calma, todo avanzó sin problemas. Esto sólo nos muestra el grande e inagotable amor de Dios por cada uno de nosotros.

Recuerdo que al estar en el quirófano y antes de cualquier anestesia, le pregunté al doctor que "¿qué era ese vapor brillante que le ponían a la sala de operaciones y para qué era?" El doctor no sabía de qué le hablaba, pero para mi era tan evidente ese vapor que hasta lo quería tocar. Así que el doctor solicitó que ya me durmieran, que porque me veía muy nerviosa. La verdad es que me sentía feliz y muy calmada, ni yo misma lo podía creer porque normalmente soy nerviosa.

Aquel vapor brillante era la Gloria de Dios, lo supe después porque escuche historias de otras personas que habían tenido esa misma experiencia: Calma, paz, gozo y alegría en medio de una situación difícil. Es decir, quizá tomando el sol frente al mar sería lógico sentirse así, ¿pero en un quirófano a punto de iniciar una cirugía de huesos? Eso es más difícil de entender.

Cuando recordé todo esto, me pregunté ¿qué estaba pasando por mi vida antes de esos 100 días de milagros continuos? Creo sinceramente que no tuve nada que ver, nada que yo hiciera provocaron esos milagros... ¿o si?

Lo que sí sé es que todos tenemos libre acceso a esto y más. ¿Por qué entonces no las vivimos más a menudo? Porque escrito está: "el mundo está lleno de la Gloria de Dios", pero conocerla, entrar en ella y vivir allí es otra cosa.

¿Qué es la Gloria de Dios? ¡¿un vapor brillante?! Antes que nada repetiré: Todos podemos entrar a esa atmósfera, ¿cómo? Esa pregunta se responde fácil y no. ¿Cómo es eso? Bien, pues la respuesta fácil es: ¡creyendo! Sí, sólo basta creer y ya estás dentro. El problema es nuestra mente, los argumentos, el razonamiento, la lógica. Nada que proviene del cielo se comprende con la mente, todo es con el corazón, de allí surge la fe.

Hablemos de la Gloria, qué nos dice nuestro testamento, nuestra herencia:

La primera manifestación de Dios a través de una nube la vemos en el tiempo de Moisés, cuando una nube guiaba al pueblo de Israel durante el día para cubrirlos del sol y del sofocante calor del desierto. Cuarenta años caminando por el desierto y nadie se enfermó. Era la presencia de Dios, la Gloria de Dios. Después cuando Moisés subió al monte Sinaí para hablar con Dios, al bajar su rostro resplandecía, era tan brillante que las personas tuvieron miedo y Moisés optó por cubrirse con un velo. Cabe mencionar que cuando Dios se presentó al pueblo para hablar con ellos, bajó una gran nube espesa, después hubo truenos y relámpagos, un sonido de bocina muy fuerte y el monte humeaba. Ante aquel espectáculo aterrador, el pueblo decidió quedarse a la orilla del monte y por esa razón solamente Moisés subía a hablar con Dios.

Hasta aquí vamos descubriendo nubes, humo, luces y relámpagos, sonido de bocina y el rostro de Moisés brillante como el sol.

Algo similar, pero no tan dramático ocurrió cuando Jesús subió a un monte, lo acompañaba Pedro, Santiago y Juan, al llegar su rostro resplandecio y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz, después una nube de luz los cubrió y se escuchó una voz: Este es mi Hijo amado, a él escuchen.

Más adelante, cuando Jesús ya había resucitado y sus discípulos comenzaron a llevar todas estas buenas noticias, a muchos de ellos los persiguieron incluso para matarlos. Esteban, uno de los discípulos, quien estaba lleno de poder, pues hacía prodigios y señales entre el pueblo, un día lo arrestaron, cuando habló en su defensa, relató todo esto que te platiqué, cuando todos lo estaban escuchando vieron su rostro iluminarse como el rostro de un ángel. Aquellas personas sorprendidas comenzaron a enojarse (era el espíritu del anticristo que no soporta la luz de Dios). Esteban al sentir su enojo, decidió fijar sus ojos en el cielo, fue entonces cuando vio la Gloria de Dios y dijo: ¡veo los cielos abiertos y a Jesús a la derecha de Dios!

Así que esa es la Gloria de Dios, si haz creído lo que te he contado, ya tienes entrada a todas esas experiencias en Cristo, porque él es el camino, la verdad y la vida. Ahora sólo necesitas hablar con Jesús y pedirle que te guíe todos los días de tu vida. Tendrás experiencias hermosas y reales que nada ni nadie podrá sacarlas de tu corazón.

Moisés hablaba con Dios, Jesús hablaba con Dios, Esteban hablaba de lo que sabía y conocía, así que seguramente también hablaba con Dios. ¿Cómo vivir, experimentar y conocer la Gloria de Dios? ¡Exacto! Habla con Dios. (Punto no hay nada más que decir).

Es una gran aventura, entremos en la Gloria de Dios, Jesús es el camino.


viernes, 4 de octubre de 2019

Al que cree todo le es posible (Y ese es Jesús).



Hijo mío, escucha con atención mis palabras:

Job no me conocía, de oídas me había oído, pero no me conocía. Era recto en gran manera, pero no me conocía aunque yo le amaba, les amo desde antes de la fundación del mundo, yo los formé en el vientre de su madre, pero muchos de ustedes no han querido conocerme.

Me mostré a ustedes hace ya mucho tiempo diciendo: "Con amor eterno les he amado, por tanto les prolongué mi misericordia." 

Cuando tuve aquella reunión con Jesús en un monte alto y se presentaron Moisés y Elías, en lo que ustedes llaman La Transfiguración, les dije: "Este es mi hijo, a Él escuchen". Me refería a no escuchar la ley representada por Moisés, ni a los profetas representados por Elías, estos dos son muestra del Antiguo Testamento, sombra de la verdad que es Jesucristo. (Cuando ven una sombra, no ven a la persona en sí, saben que allí está, pero sólo es la figura de lo que en realidad es). Aquel momento lo usamos para mostrar a Jesús vivo y brillante por que es la Gracia, a Él escuchen, escuchen la Gracia por medio de Jesús, pues a través de Él obtendrán todo lo que me pidan.

Pasarán un tiempo aprendiendo a confiar, aprendiendo a descansar en nosotros. En ese tiempo habrá dificultades, pero para cada dificultad tengo una maravillosa bendición, no envié las dificultades a Job, yo lo había bendecido sin dificultad, pero él no me conocía.

En sus corazones hay temor, pero hoy viven bajo el nuevo Pacto, el Pacto de la Gracia que es Jesucristo, en Él lo tienen todo, esfuércense en descansar, en creer y escuchen a Jesús, mi hijo amado quien los ama profundamente. 

Hay tanto por decir, hay tanto que les quiero dar, pero tienen que confiar en mi amor. Juré por mí mismo que no me volvería a enojar con ustedes, así que hoy no estoy enojado, les amo, los veo a través de mi hijo Jesús. No es mi naturaleza enseñarles con castigos porque Jesús dijo: "Consumado es" No hay nada más que pagar. 

Él fue golpeado para que ustedes no, fue humillado para que ustedes no, le clavaron espinas en su cabeza para que ustedes sean libres de esos pensamientos que los atormentan como espinas, ya no tiene que ser así. 

Jesús recibió heridas por todo su cuerpo, derramó toda su sangre para que ustedes sean sanados en cada parte de su cuerpo; Jesús fue despojado de sus ropas, hasta la desnudez, eso representa la carencia y pobreza total para que ustedes sean enriquecidos. 

Vean la prosperidad de Abraham, Isac y Jacob; mi siervo David era sólo un pastor de ovejas y lo hice un rey, su linaje fue bendecido hasta llegar a Jesús: Rey de reyes y Señor de señores, todas esas generaciones fueron reyes y sacerdotes y ustedes reciben la misma herencia por medio de Jesús. Ya no vivan como esclavos, son mis hijos, conozcan mi naturaleza de amor: "No hay condenación para los que me reciben."

No envío enfermedad porque Jesús murió para sanarlos, no envío pobreza porque fueron enriquecidos por medio de Jesús. En cada problema que encuentren yo tengo una mayor bendición, recibanla.   

Qué alegría sentimos cuando Job dijo: "De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven". Allí me conoció, él vio la Gracia, reconoció mi amor y le restituimos todo lo que había perdido. No temas como Job, sólo cree, pero si no puedes creer, vuelve tus ojos a Jesús, él ya lo hizo por ti, Jesús ya creyó en tu lugar, porque "Al que cree todo le es posible." 


 

La Verdadera Pascua (Paste 2)

En el escrito anterior hablamos del verdadero origen de la Pascua, es una fiesta que Dios marcó para que se celebrara para siempre, fue cua...