¡Es tan fácil, muy
fácil! En lugar de tener un diálogo interno destructivo, mejor habla con Dios.
¿Cuánto tiempo pasamos discutiendo en nuestra mente? Piénsalo bien, reflexiona
y te darás cuenta que mucho de tu tiempo, todo ese estrés que acumulas, la
ansiedad que sientes, todo eso es por tu diálogo interior. ¡¿Qué tanto te
dices?! Haz consciente tu proceso mental y verás que siempre tendemos a irnos
hacia lo negativo, incluso hay un dicho que dice: "piensa mal y
acertarás." ¡Qué triste! En realidad todas esas son mentiras, estamos tan
acostumbrados a vivir así que creemos que es normal, pero... ¡Pero! ¡Pero no lo
es! Son mentiras que entran a la mente por conceptos que obtuvimos de… ¿una
película?, ¿de la televisión?, ¿quizá de mi entorno, es decir, mi familia,
amigos, compañeros de trabajo? Todos vamos adquiriendo conceptos de lo que
vivimos día con día; consciente o inconscientemente nos acostumbramos a pensar
como todo el mundo piensa. No te
preocupes, ¡hay buenas noticias! Dios dice todo lo contrario ¡Aleluya! Lo malo
es que ya ni en Dios podemos creer. ¿Cómo creer? si volteamos a nuestro
alrededor y todo está mal. ¿Dónde está Dios, qué no ve?
Bien, voy a comenzar a
derribar todas esas mentiras:
31 Jesús le dijo
a la gente que creyó en él:
—Ustedes son
verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
(Juan 8:31-32) No hay nada mejor que la verdad para ser libres, y estamos hablando de
esa libertad que nos permite tener pensamientos de paz, pensamientos que no
traigan condenación, culpa, miedo. Por eso es importante derribar argumentos
que se levantan en contra de los propósitos de Dios como le dijo el apóstol Pablo
al pueblo de Corintios: 5 Destruimos todo
obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los
pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo; (2
Corintios 10:5)
La pregunta es ¿cómo obedecer al que no conocemos? ¿Cómo
obedecer al primero que nos está señalando nuestras faltas y pecados? Porque en
realidad nosotros no podemos ser perfectos, ni santos, ni libres de pecado. Y
eso es una realidad que vivimos. Pablo tenía una palabra para el pueblo romano:
No imiten las conductas
ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en
personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a
conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y
perfecta. (Romanos 12:2)
¿Cómo será
posible que la voluntad de Dios sea buena, agradable y perfecta? Sólo basta ver
cuántas personas están enfermando y muriendo, hay secuestros, robos y toda
clase de inseguridad ¡¿Dónde está Dios?! Si leemos bien, dice que no imitemos
las costumbres de este mundo y que permitamos que Dios cambie nuestra forma
de pensar… ¡Ah! Entonces todo comienza en nuestros pensamientos, iniciamos
hablando del diálogo interior y de cómo acostumbramos a pensar cosas negativas,
en cambio si permitimos que Dios transforme nuestra manera de pensar, entonces tendremos
pensamientos de bien y no de mal. Y ahora sí, comprobaremos que la voluntad de
Dios es buena agradable y perfecta.
Hemos escuchado
que donde enfocas tu atención, eso es lo que tendrás. Hay personas que pasan de
una tragedia a otra y cada vez peor, ¿ya entendiste por qué? Lo primero que
tenemos que hacer es confiar en que realmente Dios nos ama ¿Cómo lo comprobamos?
Porque: Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor
Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante
su pobreza pudiera hacerlos ricos. (2 Corintios 8:9) Y también porque: él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros
pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para
que pudiéramos ser sanados. (Isaías 53:5)
Suficientes
pruebas de su amor ¿no crees? Una vez que tenemos confianza en el amor de Dios,
será más fácil permitir que él nos transforme la manera de pensar mediante su
palabra, entonces lo que seguirá será comprobar su buena voluntad para no
seguir pensando como todo el mundo en tragedias y catástrofes que algún día nos
alcanzarán, pues estamos pensando en eso todo el día. Esto mismo que estamos
leyendo cambia nuestra forma de pensar porque es la palabra de Dios, es su
herencia, está en el testamento y nos pertenece a todos los que hemos creído
que Jesús es el Señor.
8 En realidad, dice: «El mensaje está muy al alcance de la mano, está en
tus labios y en tu corazón». Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros
predicamos acerca de la fe: 9 Si declaras abiertamente que Jesús es
el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.
10 Pues es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los
ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. 11
Como nos dicen las Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será
avergonzado». (Romanos 10:8-11) Así de sencillo,
creemos y confesamos lo que creemos, entonces alcanzamos gracia (la palabra
gracia se refiere a recibir un regalo aunque no lo merecemos) Dios decidió
entregarnos todas sus bendiciones, promesas y riquezas por medio de Su hijo
Jesús, aunque no lo merecemos.
1Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo
Jesús; 2 y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que
da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. (Romanos
8:1-2)
5 Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en
cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan
en las cosas que agradan al Espíritu. 6 Por lo tanto, permitir que
la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir
que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. (Romanos
8:5-6)
Así que entonces
Dios nos da libre albedrío para que nosotros elijamos: o permitimos que nos
controle la naturaleza pecaminosa o permitimos que nos controle el Espíritu
Santo. El primero es muerte, el segundo vida ¿Qué vas a elegir? Esto es cada
mañana, a cada momento, en cada decisión, en cada acción de tu día: 19 »Hoy te he dado a
elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo
al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si
eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!
(Deuteronomio 30:19)
A veces pensamos que las palabras de la biblia solamente son para
los domingos en la iglesia, pero ese pensamiento está muy lejos de la verdad.
Déjame platicarte que ayer escuché algo hermoso: Si te dan la noticia de que un
pariente te dejó una gran fortuna y tienes que ir a escuchar el testamento para
recibirla ¿irías? ¡Pues claro! ¡Obvio! ¿Verdad? Pues qué crees, el dueño del
mundo te dejó una gran fortuna, sólo tienes que leer el testamento, hay uno
antiguo y hay uno nuevo, pero ambos son una carta de amor para ti, está lleno
de riquezas, de amor y libertad. Y por si no entendiste, te aclaro que el dueño
del mundo es Dios, tu papá. El testamento que tienes que leer es la biblia y
todas las riquezas de las cuales te hablo son las que ya conoces: Salud, paz, amor,
felicidad, libertad, negocios exitosos, cuentas de banco llenas, cuidado y
protección de ángeles del cielo… ¿qué más necesitas? 19 Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que
necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
(Filipenses 4:19)
En el siguiente blog te voy a platicar: ¿Cómo permitir que me
controle el Espíritu Santo? ¿Qué tengo que hacer?
Pero por ahora habla con Dios, él te ama y no está enojado
contigo ¡Háblale!
Te invito a conocer mi tienda online:
Libros de Gaby Falcón
¡Leer transforma!Te invito a conocer mi tienda online:
Libros de Gaby Falcón