sábado, 8 de febrero de 2020

La verdad del cielo no niega la realidad, la destruye.


Comenzaré explicando que aunque escribo sobre cosas del cielo, ángeles, bendiciones celestiales, etc. Esto no quiere decir que vivo negando la realidad en la que estamos viviendo. Entiendo, veo y vivo todas las malas noticias que nos rodean, noticias que como país no quisiéramos escuchar, noticias del mundo que nos dejan con la boca abierta por tanta maldad; igualmente escuchamos cosas tremendas en nuestra ciudad, incluso con nuestros vecinos o amigos. Y cuando se trata de la familia es mucho más doloroso.

Guerras, rumores de guerra, catástrofes naturales, la maldad de los hombres, a lo malo se le llama bueno y a lo bueno se le considera malo. La frialdad del ser humano de unos contra otros, el amor distorsionado de sí mismos, las tendencias de corrupción, suicidios, secuestros, robos, asesinatos, una perversión que no se tolera ni se alcanza a comprender, etc., etc.

Sí lo veo, sí me duele mi corazón, sí acudo a Dios para que nos ayude a soportar y seguir avanzando, pero en ello, en estas oraciones es cuando digo: “quizá lean lo que escribo tres o veinte o cincuenta, o los que sean; pocos o mucho tienen que saber que hay un futuro y una esperanza”.

Dios sí nos habla, Dios sí nos ama, él no está enojado, no está enviando juicio porque ya todo fue pagado en la Cruz, Jesucristo dijo “Consumado es” y él no hace nada a medias. La pregunta es: “¿Cómo lo van a saber si nadie se los dice?” Por eso escribo todas estas cosas, para que los que se acerquen, crean que es real, que Dios perdona a todos aquellos que le buscan y somos apartados de toda la maldad que va a suceder porque está escrito.

La buena noticias es que si te acercas a Jesús, el único camino, la única verdad en la cual encontramos la vida, entonces serás apartado y verás caer a mil a tu derecha, verás caer a diez mil a tu izquierda, pero a ti no te sobre vendrá ningún mal. De todas las cosas serás librado con victoria ¿Sabes por qué lo digo? Porque lo he vivido una y otra vez.

Vivir tomados de la mano de Jesús, te empodera, te hace fuerte, te lleva a la victoria y quizá a tu alrededor muchos se molesten y se enojen sin saber por qué. Ni modo, así son las bendiciones, hacen enojar a muchos, pero ese no es tu problema, quizá algún día se acerquen para recibir lo mismo o más. La invitación es para todos.

Busquemos la verdad del cielo que destruye una realidad sin luz. ¡Busquemos a Jesús!

La Verdadera Pascua (Paste 2)

En el escrito anterior hablamos del verdadero origen de la Pascua, es una fiesta que Dios marcó para que se celebrara para siempre, fue cua...