Jesús te dice hoy:
“No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena
voluntad del Padre darles el reino.”
¡Wow! Qué hermoso ¿No crees? Ahora bien, si no te emocionas
es porque no tienes ni la menor idea de lo que eso significa…
Tú: ¿Dios me ha dado su reino para tener muchos angelitos
cantando aleluyas a mí alrededor?
Yo: Nooo, ¡Claro que no! Una vez que estés enterado de lo
que significa, brincarás de gusto así como yo ahora mismo (metafóricamente
hablando, ya que ahora mismo estoy escribiendo).
Tú: ¿Qué hay en el reino de Dios que le ha parecido buena
idea dárnoslo?
Yo:
Mira que he pasado muchos años estudiando la biblia, no
porque sea una súper ñoña sabelotodo ¡Ja! Es todo lo contrario, he sido tan
necia y he cometido tantos errores que tuve que buscar la verdad de la verdad
que me ayudara a salir del hoyo, y sinceramente me ha sorprendido lo que he
encontrado.
Descubrí primero que todo, que el cielo es real, el cielo es
un reino verdadero, por supuesto hay un rey y quiere que todas las personas, los
más posibles formen parte de ese reino (Tu y yo estamos invitados, aunque a
decir verdad, yo ya puedo asegurar que soy ciudadana del reino de los cielos
ahora mismo. No presumo, es la verdad).
Después de eso, descubrí que hay ejércitos poderosos
ejecutando los decretos del rey. Esos ejércitos son ángeles, arcángeles y
querubines. Unos son ministradores, otros sanadores, otros anunciadores, otros
guerreros, recordarás a Miguel y a Gabriel; hay muchos y son como ya lo expliqué ¡poderosos! Para nada son
bebitos en pañales con arpas cantando todo el día. Son el ejército de Dios,
luchando a nuestro favor… aquí ya puedes empezar a decir “wow”.
Me ha sorprendido por ejemplo, que cuando nació Jesús, se
apareció un ángel a los pastores, dice la historia que un resplandor los rodeó
y ellos tuvieron miedo, pero después que el ángel habló con ellos apareció una
multitud de huestes celestiales cantando. Eso debió haber sido un espectáculo
maravilloso, ¿qué opinas?
Otra cosa maravillosa que descubrí es que en el cielo no hay
tiempo, es decir, las personas ya no envejecen, todos en el cielo son jóvenes. Así
que cuando nos imaginamos a Dios como un anciano de barba blanca estamos muy
equivocados. ¿Has pensado que Jesús cuando fue crucificado tenía 33 años? Luego
resucitó, así que al resucitar y subir al cielo como cuenta la historia, él
tenía 33 años y así continúa por los siglos de los siglos. Luego leemos que
Jesús dijo, “el que me conoce a mí conoce a mi Padre y el que conoce a mi
Padre, me conoce a mí”. Así que el Padre de Jesús y nuestro también, para nada
es un viejito enojón.
Por lo tanto sacamos una deducción interesante: en el cielo
nadie se enferma, nadie tiene accidentes, nadie llora o está triste, nadie
envejece, nadie muere.
Ya voy a resumir, porque además te estoy diciendo lo que ya
sabes, sólo que al leerlo de esta manera quizá tus conceptos cambien para bien.
(Y esto no tiene nada que ver con alguna religión, esto sólo es lo que leí y
estudié). Dice nuestro manual de vida, es decir, nuestra herencia, o sea el
testamento que nos fue entregado (la biblia pues). Que en el cielo las calles
son de oro, (no con barniz de oro, no con chapa de oro, sino ¡Oro puro!). Las
murallas son de piedras preciosas y todo lo que hay produce vida y se
multiplica.
¡Ese es el reino que a Dios le ha placido darte, a ti, si a
ti que estás leyendo!
Tu: ¿Y cómo hago para hacerlo efectivo, porque mañana no
tengo para pagar la tarjeta de crédito?
Yo: ¡Sólo cree! Y pide, pide a tu Padre en el secreto de tu
habitación y todo lo que pidas creyendo, lo recibirás.
Hay un ejército de ángeles disponibles para defenderte, hay
sanidad para tu cuerpo, hay riquezas más allá de lo que imaginamos. No hay
condiciones como predican en algunos lugares, si crees que Jesús es el Rey de
reyes y crees en todo lo que te acabo de contar, ya está hecho.
Jesús te dice:
“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él
les dará todo lo que necesiten”.
Para ser sincera, yo si le pregunté a Jesús: ¿Qué tengo que
hacer?, pero él me contestó: Esa no es la pregunta, porque no se gana ni se
obtiene por tus fuerzas, es demasiado perfecto, puro y santo para ser ganado
por cualquier hombre. Yo ya lo hice por ti y me ha placido dártelo.
Amigos, ¿han conocido amor igual? Esto es sorprendente… aun
así quería saber la forma en la que puedo acceder a esa búsqueda del reino para
encontrarme con todas esas. Así que pregunté de nuevo:
-Sí Señor tienes razón, pero entonces ¿cómo buscar y
encontrar tu reino?
Jesús me contestó:
-Búscame a mí, busca mi rostro, escucha mi
voz, siente mi abrazo, recibe mi amor, lee mi palabra. Las personas están muy preocupadas
queriendo ser perfectas, pero yo así los amo y los he perdonado. Para todo
aquel que me busca de verdad, esto y más está disponible. No te canses de
buscar, sólo cree y sigue avanzando, yo voy contigo tomados de la mano.