miércoles, 29 de enero de 2020

Busca el reino.



Jesús te dice hoy:

“No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino.”

¡Wow! Qué hermoso ¿No crees? Ahora bien, si no te emocionas es porque no tienes ni la menor idea de lo que eso significa…

Tú: ¿Dios me ha dado su reino para tener muchos angelitos cantando aleluyas a mí alrededor?

Yo: Nooo, ¡Claro que no! Una vez que estés enterado de lo que significa, brincarás de gusto así como yo ahora mismo (metafóricamente hablando, ya que ahora mismo estoy escribiendo).

Tú: ¿Qué hay en el reino de Dios que le ha parecido buena idea dárnoslo?

Yo:
Mira que he pasado muchos años estudiando la biblia, no porque sea una súper ñoña sabelotodo ¡Ja! Es todo lo contrario, he sido tan necia y he cometido tantos errores que tuve que buscar la verdad de la verdad que me ayudara a salir del hoyo, y sinceramente me ha sorprendido lo que he encontrado.

Descubrí primero que todo, que el cielo es real, el cielo es un reino verdadero, por supuesto hay un rey y quiere que todas las personas, los más posibles formen parte de ese reino (Tu y yo estamos invitados, aunque a decir verdad, yo ya puedo asegurar que soy ciudadana del reino de los cielos ahora mismo. No presumo, es la verdad).

Después de eso, descubrí que hay ejércitos poderosos ejecutando los decretos del rey. Esos ejércitos son ángeles, arcángeles y querubines. Unos son ministradores, otros sanadores, otros anunciadores, otros guerreros, recordarás a Miguel y a Gabriel; hay muchos y son como ya lo expliqué ¡poderosos! Para nada son bebitos en pañales con arpas cantando todo el día. Son el ejército de Dios, luchando a nuestro favor… aquí ya puedes empezar a decir “wow”.

Me ha sorprendido por ejemplo, que cuando nació Jesús, se apareció un ángel a los pastores, dice la historia que un resplandor los rodeó y ellos tuvieron miedo, pero después que el ángel habló con ellos apareció una multitud de huestes celestiales cantando. Eso debió haber sido un espectáculo maravilloso, ¿qué opinas?

Otra cosa maravillosa que descubrí es que en el cielo no hay tiempo, es decir, las personas ya no envejecen, todos en el cielo son jóvenes. Así que cuando nos imaginamos a Dios como un anciano de barba blanca estamos muy equivocados. ¿Has pensado que Jesús cuando fue crucificado tenía 33 años? Luego resucitó, así que al resucitar y subir al cielo como cuenta la historia, él tenía 33 años y así continúa por los siglos de los siglos. Luego leemos que Jesús dijo, “el que me conoce a mí conoce a mi Padre y el que conoce a mi Padre, me conoce a mí”. Así que el Padre de Jesús y nuestro también, para nada es un viejito enojón.

Por lo tanto sacamos una deducción interesante: en el cielo nadie se enferma, nadie tiene accidentes, nadie llora o está triste, nadie envejece, nadie muere.

Ya voy a resumir, porque además te estoy diciendo lo que ya sabes, sólo que al leerlo de esta manera quizá tus conceptos cambien para bien. (Y esto no tiene nada que ver con alguna religión, esto sólo es lo que leí y estudié). Dice nuestro manual de vida, es decir, nuestra herencia, o sea el testamento que nos fue entregado (la biblia pues). Que en el cielo las calles son de oro, (no con barniz de oro, no con chapa de oro, sino ¡Oro puro!). Las murallas son de piedras preciosas y todo lo que hay produce vida y se multiplica.

¡Ese es el reino que a Dios le ha placido darte, a ti, si a ti que estás leyendo!

Tu: ¿Y cómo hago para hacerlo efectivo, porque mañana no tengo para pagar la tarjeta de crédito?

Yo: ¡Sólo cree! Y pide, pide a tu Padre en el secreto de tu habitación y todo lo que pidas creyendo, lo recibirás.

Hay un ejército de ángeles disponibles para defenderte, hay sanidad para tu cuerpo, hay riquezas más allá de lo que imaginamos. No hay condiciones como predican en algunos lugares, si crees que Jesús es el Rey de reyes y crees en todo lo que te acabo de contar, ya está hecho.

Jesús te dice:

“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten”.

Para ser sincera, yo si le pregunté a Jesús: ¿Qué tengo que hacer?, pero él me contestó: Esa no es la pregunta, porque no se gana ni se obtiene por tus fuerzas, es demasiado perfecto, puro y santo para ser ganado por cualquier hombre. Yo ya lo hice por ti y me ha placido dártelo.

Amigos, ¿han conocido amor igual? Esto es sorprendente… aun así quería saber la forma en la que puedo acceder a esa búsqueda del reino para encontrarme con todas esas. Así que pregunté de nuevo:

-Sí Señor tienes razón, pero entonces ¿cómo buscar y encontrar tu reino?

Jesús me contestó:

-Búscame a mí, busca mi rostro, escucha mi voz, siente mi abrazo, recibe mi amor, lee mi palabra. Las personas están muy preocupadas queriendo ser perfectas, pero yo así los amo y los he perdonado. Para todo aquel que me busca de verdad, esto y más está disponible. No te canses de buscar, sólo cree y sigue avanzando, yo voy contigo tomados de la mano. 

lunes, 27 de enero de 2020

¡Ahora te mostraré mi Poder! -Jesús-




Es muy controversial pensar que una persona al solamente creer que:

 Jesús te ama tanto que murió crucificado en tu lugar, y por creerlo ya estás lavado, purificado y justificado delante de Dios.  Este solo acto de creer y confesar que has creído, te hace heredero de Dios por medio de Jesús. 

Es decir, no tenemos que ganar nada, solamente es necesario creerlo.

Juan el Bautista predicaba el ser purificado por arrepentimiento de pecados, pero él mismo dijo que creyeran en el que vendría después, es decir, Jesús. Y Jesús ahora mismo para nosotros es la Gracia, es el nuevo pacto en el que ya se pagó todo por nosotros. Nuestro esfuerzo es descansar en la obra consumada en la cruz, con la cual ya hemos sido perdonados.

La pregunta es: ¿Recibiste el Espíritu Santo cuando creíste? Quizá tu respuesta es: Ni siquiera había escuchado que había un Espíritu Santo. La siguiente pregunta es:

  A) ¿has creído que tu salvación es por tu arrepentimiento? ó
 B) ¿has creído que tu salvación es porque Jesús te ama, y así nada por su amor, él te ha hecho justo?

Si has creído que el amor de Jesús es suficientemente poderoso para morir en tu lugar, y por creer en ello ya estás justificado, entonces te tengo buenas noticias: 

1- Cuando termine tu tiempo en la tierra irás al cielo directamente, 
2- También te diré que vivirás de manera diferente de ahora en adelante, 
3-  y la mejor noticia de todas: ¡Recibirás poder! Es decir, al Espíritu Santo de Dios viviendo en ti.

Te preguntarás: ¿Significa que de ahora en adelante tendré una vida aburrida porque el Espíritu de Dios vive en mí? No, claro que no, al contrario, tendrás una vida plena, llena de momentos felices; durante las batallas de la vida (que seguro las tendrás) vivirás con una paz que tú mismo no podrás comprender, en los momentos de dificultad siempre habrá provisión, en las dudas encontrarás respuestas, en los momentos de soledad sabrás que en realidad no estás solo, en las debilidades y tentaciones, tendrás una luz que te ayudará a salir adelante en victoria. 

También tendrás una vida llena de aventuras sobrenaturales, tal vez dejarás de hacer algunas cosas que sabes muy dentro de ti, son cosas dañinas, pero por tus propias fuerzas no puedes dejar, con ese maravilloso poder dentro de ti será más fácil.

Al creer en el poderoso amor de Jesús que te ha rescatado, limpiado y llevado a un lugar de descanso, te recomiendo que hables con él, Jesús te escucha y te habla. Aquieta tu mente para que lo escuches dirigir tu vida, déjalo ser Dios. Te aseguro que sus planes son mejores que los tuyos, sus caminos son mejores, y sus consejos son perfectos para ti. Él es Dios y ve todas las cosas, ve lo pasado y lo por venir, así que lo que él te diga será lo mejor. Y te aseguro que tendrás una vida divertida, plena y llena de amor.  

Cuando hables con Jesús entrégale tus heridas, enojos, frustraciones, deseos de venganza, pleitos, celos, adicciones,  para que recibas la plenitud de Su Paz.

Jesús te dice:

 <<Ahora te mostraré mi poder, ahora te mostraré mi fuerza. Al fin sabrás y entenderás que Yo Soy el Señor>>.


viernes, 3 de enero de 2020

Recibe la bendición


Hubo un hombre que a los cien años tuvo su primer hijo. La esposa de noventa años era estéril, pero aun así, a pesar de la esterilidad, a pesar de la edad, a pesar de que ella ya no tenía el proceso natural de cada mes, y a pesar de que eran épocas tan remotas, que ni siquiera había médicos (propiamente dicho), por lo que tampoco había tratamientos de fertilidad, ni suplementos que le ayudasen. A pesar de tener todo en contra, ellos tuvieron su primer hijo.

Un día, aproximadamente quince años antes, dicho varón llamado Abram, se enteró que su sobrino Lot había sido capturado en medio de una guerra. Cinco reyes se habían rebelado contra el dominio bajo el cual estaban,  los reyes eran de Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Bela, se prepararon para la batalla en el valle del mar Muerto. Lucharon contra el rey de Elam, de Goim, de Babilonia, y de Elasar, estos cuatro reyes estaban unidos para defender sus territorios dominados. Así que en esa guerra eran cinco reyes contra cuatro, cada uno con su ejército, pero no pudieron derrotarlos.

Los invasores victoriosos saquearon Sodoma y Gomorra y emprendieron el regreso a su tierra con el botín de guerra y los alimentos. Habían capturado a Lot —el sobrino de Abram que vivía en Sodoma— y se llevaron todas sus pertenencias.

Abram al saber de la captura, movilizó a toda su gente y salió a perseguir al rey que encabezaba a los invasores, lo persiguió hasta derrotarlo, después fue contra los aliados a quienes emboscó de noche y así recuperó todos los bienes que habían sido tomados. Finalmente Abram logró la victoria, recuperó todas las cosas y rescató a todos los cautivos de guerra.

Fue así que el rey de Salem, llamado Melquisedec, salió a encontrarse con Abram. Melquisedec  era rey y sacerdote del rey altísimo. Allí bendijo a Abram, le dio pan y vino y pronunció estas palabras:
 «Bendito sea Abram por Dios Altísimo, Creador de los cielos y la tierra. Y bendito sea Dios Altísimo, que derrotó a tus enemigos por ti».

Luego Abram dio a Melquisedec una décima parte de todos los bienes que había recuperado. Tiempo después, el Señor Dios altísimo, habló en sueños a Abram y le prometió protegerlo y darle gran recompensa.

Todos nosotros, así como Abram, entendemos que la palabra recompensa se refiere a algo material, riquezas abundantes. Ahora bien, si es Dios quien te lo dice, entonces podemos esperar recompensas increíbles, es por eso que Abram le respondió: “Pero no tengo a quién heredar, no tengo hijos.”

El Señor llevó a Abram afuera y le dijo:

—Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas. ¡Esa es la cantidad de descendientes que tendrás!

Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró justo debido a su fe.

Y así sucedió, Abraham quince años después tuvo a su primogénito, el único hijo que tuvo con su esposa (se hace la aclaración porque también tuvo un hijo de la esclava de su esposa, Sara quería un hijo y como la promesa de Dios no se cumplía, entonces le pidió que tuviera un hijo con su esclava).

Pero además de darle descendencia, Dios también lo enriqueció con bienes materiales. En aquella época contaba como riqueza tener animales, tierras, sirvientes, y posesiones, así fue hecho con Abram, además de todo eso le prolongó la vida. Abram (que después Dios le llamó Abraham) vivió muchos años, pero no era un ancianito decrepito y senil. Abraham era un hombre fuerte, no cualquiera puede procrear a los cien años, además la historia lo describe como un hombre próspero y trabajador.  

Las historias bíblicas son hechos históricos y no cuentos inventados, son tan reales, que se parecen mucho a nuestra realidad (claro que haciendo a un lado los detalles de las diferentes épocas, ¿pero quien no quiere ser rico y tener fuerza física hasta la vejez?). Lo primero que pensé al leer esta historia fue: ¿Cómo dos viejitos pudieron procrear? Pero no sólo eso, sino lidiar con un bebé, amamantarlo, aguantar desveladas, llantos interminables, y cuando ya parece que todo está tomando forma, el bebé empieza a caminar y hay que andar tras él corriendo por todos lados. Enseñarlo a comer, a ir al baño, es exhaustivo de verdad.

Uno puede pensar que eran dos viejecitos de cien y noventa años cada uno, quizá al haber sido prosperados tuvieron sirvientes que los ayudaron con la crianza de su hijo, pero no, al leer la historia uno se da cuenta que eran adultos fuertes y hermosos en apariencia.

Es por eso que lo segundo que me impresiona de esta historia es que la esposa de Abraham, llamada Sara, era tan hermosa, que aun en su vejez, uno de aquellos reyes perversos, la deseaba como mujer, casi la hace suya, pero Dios lo detuvo. Sara tenía noventa años cuando eso ocurrió, fue deseada por un rey para poseerla, por lo tanto no era una viejecita, era más bien un ¡Mujerón!  Lo bueno que Dios intervino y no pasó a mayores.
Lo que podemos destacar de esto es que cuando Dios le prometió recompensa a Abraham, le dio herederos, riquezas y su esposa era tan hermosa y deseable como cualquier mujer joven. ¡Dios es maravilloso! ¿No crees?

La mejor noticia es que toda esta historia está escrita para que cada detalle lo descubramos, y así mismo, entendamos la naturaleza de Dios. Es entonces que  vamos a tener la seguridad de que esto mismo lo podemos recibir. Al leer la historia de esta pareja nos damos cuenta que Dios es poderoso y si lo hizo con ellos ¿qué impide que suceda con nosotros? Dice en el nuevo testamento que nosotros hemos recibido todas las promesas dadas a Abraham, por medio de Jesús. Esto quiere decir, que cuando Jesús murió en la cruz anulando todo los decretos que nos eran contrarios (muerte, enfermedad, tristeza, escases), y a cambio recibimos por gracia todas las promesas y bendiciones que le fueron dadas a Abraham: Riquezas, fortaleza, larga vida, juventud, belleza y multitud de herederos, de entre los cuales nosotros somos contados (y si somos herederos de Dios por medio de Jesús, entonces apropiémonos de lo que ya es nuestro).

Ahora pasemos a la parte más importante, y se trata de desmenuzar esta historia, porque todos queremos la bendición que recibió Abraham, y hemos dicho que ya es nuestra por medio de Jesús, eso quiere decir que lo recibimos por Gracias, y cuando hablamos de “Gracia” es fundamental entender que no es por obras (o sea que nosotros no tenemos que hacer nada) para que nadie se gloríe (o sea para que nadie se sienta más que otro) cuando hablamos de Gracia estamos diciendo que recibimos por fe, Sí ¡Se recibe por fe! (sólo creer que es posible, eso ya es fe).

¿Qué vio Dios en Abram? ¿Por qué lo escogió para bendecirlo? Primero es que cuando Abram supo que su sobrino estaba en problemas, decidió movilizar a toda su gente e ir a rescatarlo, y no sólo eso, sino además recuperó todo lo que había sido robado. En el corazón de Abram había un celo por su familia, un amor genuino, se incomodó a sí mismo para ir al rescate de los suyos y derrotar a sus enemigos. (¿No te suena familiar? Se parece al corazón de Jesús).

Tanto se sorprendió el rey de Salem por este hecho, que como sacerdote del rey altísimo salió a su encuentro, le dio pan, vino y lo bendijo. Estoy segura que Dios lo motivó para hacer tan grande regalo. Debido a esta bendición es que Abram fue fortalecido al igual que su esposa, fueron fuertes y jóvenes hasta la vejez. Pero como Abram ya había mostrado la naturaleza de su corazón, no nos sorprende que en agradecimiento, le regala el diez por ciento de todos los bienes recuperados a Melquisedec. (En este párrafo están los secretos del cielo, que pido a Dios te los haga entender).  

En este punto de la historia todavía no había nacido Moisés, no había mandamientos, ni leyes escritas, todavía no estaba estipulado entregar los diezmos y ofrendas a los sacerdotes. Así que fue un acto puramente de agradecimiento por parte de Abram. Me quiero imaginar a Dios sonriendo por todo esto, entonces un día Dios le habla a Abram, le cambia el nombre a Abraham y le ofrece gran recompensa, y de inmediato Abraham le cree y le fue contado por justicia.

¿Sorprendidos? ¡Yo sí! ¿Cuántas veces Dios te ha sorprendido con bendiciones inesperadas? Entonces quizá fue porque lo hiciste sonreír. ¿No has recibido? Practica bendecir a otros y verás cosas hermosas llegar a tu vida. 

La Verdadera Pascua (Paste 2)

En el escrito anterior hablamos del verdadero origen de la Pascua, es una fiesta que Dios marcó para que se celebrara para siempre, fue cua...