jueves, 22 de noviembre de 2018

Pacto de Sangre


En mis tiempos de juventud, recuerdo que se hablaba de pactos que se hacían con sangre. Cuando veías a alguna persona de edad adulta, pero de aspecto joven, rica y famosa, entonces decíamos (creo que todavía se dice) “mira hizo un pacto con el diablo”. Entonces teníamos muy claro que la riqueza, la fama, la belleza y la juventud venían sólo por medio de poderes ocultos que el diablo te daba… incluso que esa creencia todavía está vigente.
Y por el contrario, si vemos a una persona enferma, decimos: “mira lo que está pasando, pues que se haga la voluntad de Dios”
¡Esto es sorprendente! Si una persona está enferma, pobre, triste, deprimida se lo atribuimos a Dios. Y si una persona es rica, joven y famosa, se lo atribuimos al diablo…¡Qué tiempos locos! ¿No crees? Por eso luego escuchamos quien dice: “cuando me muera me voy a ir al infierno, allá están mis cuates, allá está la fiesta, lo divertido… ¡¿Qué!?
Espérame tantito… escrito está: El diablo es el padre de todas las mentiras. Y mira la mentira tan grande que hemos creído. ¡Qué pena con Dios! El creó todo lo bueno, lo agradable, lo perfecto y también lo divertido, el gozo, la alegría, la belleza, la riqueza. ¡¡¡Tenemos que leer la biblia!!! (Qué raro que para algunas personas leer la biblia es ignorancia, si allí está la mayor riqueza= La Vida)
Siento profundamente en mi mente el concepto de pacto de sangre, pero el equivocado. El que entregas tu vida por fama y fortuna, el que tu alma se entrega a esclavitud y al final de los días eres llevado a un tormento eterno (pero decimos: qué importa, si allí está la fiesta) ¡Gran mentira!
La buena noticia es que todo ese concepto de pacto ¡Es verdad! Pero el diablo lo usó para llenarlo de sus mentiras. El verdadero pacto de sangre es el que sufrió Jesús en la cruz para que tú y yo tuviéramos salud, belleza, fama y fortuna… (algunos santurrones ya estarán bien enojados, con la pena, es la verdad) No es toda la verdad, hay muchísimas maravillas en esa cruz, por ejemplo: Cuando reconoces que Jesús tomó tu lugar en esa cruz, (porque por nuestro pecado merecemos la muerte -esto es vivir separados del Padre- pero Jesús por su incomparable amor tomó nuestro lugar y en lugar de que tú y yo estemos muertos por nuestro pecado, Jesús recibió esa muerte en la cruz)  es entonces cuando recibes el derecho legal de que al morir podrás tener una vida eterna como ciudadano del reino de los cielos. Pero eso mismo, desde ahora, te hace acreedor a grandes beneficios.
Ya que reconoces a Jesús como tu salvador (te salvó de la muerte como ya dijimos) entonces formas parte de ese pacto que él pagó con su sangre. Como participantes del pacto de sangre, tenemos que conocer los beneficios del pacto: Se derramó sangre, esa sangre me es por señal de que soy de Jesús, la sangre me libra de la muerte, de la enfermedad, y de todo concepto destructivo. Por lo tanto soy beneficiaria de todo aquello por lo que se pagó… y que quede bien claro que el precio fue alto, ya que quien murió en esa cruz fue el mismísimo hijo de Dios, era rey y se hizo hombre por amor a ti (Y sólo basta creer para recibir ¡qué maravilla!) ¡Ah! Otra cosa: el hijo de Dios, vino a destruir las obras del diablo, a derribar todas sus mentiras, pero eso se recibe al entrar en ese pacto.
Beneficios obvios: Salud, belleza, fama, fortuna… alegría, paz, un corazón afable para bendecir a otros, te conviertes en fuente de amor… una vida perfecta no porque seguimos viviendo en la tierra, la perfección está en el cielo. Pero qué bonito es encontrar a un enfermo que desea ser sanado y permite que ores por él y luego ves que Jesús te ha usado para llevar sanidad, felicidad, prosperidad, paz, matrimonios felices, negocios prosperando.
Yo he firmado un pacto de sangre con Dios, le entrego mi vida (al fin es el rey y dueño de toda plenitud y gozo) a cambio recibo sanidad, riqueza, amor, paz, gozo, alegría, juventud. Él puede usar mi vida con poder sobrenatural que viene del cielo, por cierto es un poder que no está oculto, es accesible para todo aquel que quiera disfrutar de los beneficios del cielo en la tierra, sólo tenemos que creer.
Si quieres entrar en ese pacto, sólo habla con Jesús y pídeselo, él te responderá, ¡ya lo verás!

jueves, 1 de noviembre de 2018

Si crees que Jesús lo hizo, ya estás justificado


Una vez leí en la biblia una historia que me hizo ver la fuerza, firmeza y lo radical del carácter de Dios. Se trataba de un profeta de Dios al cual envió a dar un mensaje, también Dios le indicó que tenía que regresar sin detenerse, sin ir a ningún otro lugar, y sin atender ningún otro asunto. Aquel profeta después de dar el mensaje regresó sin quedarse, aunque le habían ofrecido comida y descanso, pero en obediencia siguió su camino, en ese camino un hombre lo encontró y lo invitó a su casa, pero este le dijo que Dios le había mandado no detenerse, a lo que el hombre contestó, “Yo soy profeta de Dios igual que tú y me ha dicho que te invite a mi casa, así que no te preocupes, está bien si vienes.” Entonces aceptó y se quedó, inmediatamente después el profeta murió.

Así como tú estás con la boca abierta, así me quedé yo, y le dije, “Dios, ¿quién podrá salvarse si por cosas como esas tu enviaste juicio inmediato a los hombres del antiguo testamento?, ¡Prepárate para quedar más sorprendido! ¿Sabes qué me contestó?... “Por eso Jesús puso su vida por cada uno de ustedes”  ¡Wow! No sé si tú ya habías entendido el precio que pagó Jesús, a mí me quedó clarísimo después de esto.

La biblia dice que todos somos pecadores y que sólo Jesús es el único Digno, por eso al entregar su vida y derramar toda su sangre nosotros somos justificados. Dice la biblia que la deuda que nosotros no hubiéramos podido pagar, Jesús la pagó por nosotros.

Romanos 3:10 - 12
10 Como dicen las Escrituras:
«No hay ni un solo justo,
    ni siquiera uno.
11 Nadie es realmente sabio,
    nadie busca a Dios.
12 Todos se desviaron,
    todos se volvieron inútiles.
No hay ni uno que haga lo bueno,
    ni uno solo».

Así que pensar que nosotros al portarnos bien podemos lograr ser perdonados, es un grandísimo error. No hay posibilidades de que por nuestras fuerzas, por nuestros intentos, nuestras oraciones, sacrificios, ayunos… etc.,  seamos dignos de recibir perdón, solamente al reconocer que Jesús lo hizo por nosotros, reconocer que Jesús se entregó por nosotros, reconocer que solamente la sangre de Jesús nos justifica delante de Dios, es cuando somos libres y perdonados.

Dice la biblia que la naturaleza de pecado nos aparta de Dios, pero cuando le entregamos nuestra vida a Jesús y lo reconocemos como nuestro salvador (vaya que nos ha salvado de inimaginable castigo), lo reconocemos como nuestro libertador (nos libró de la muerte que merecíamos). Al reconocerlo, entonces Dios no ve nuestra naturaleza, sino que ve a Jesús, ve su sacrificio;  Jesús nos limpia, nos justifica y nos reconcilia con Dios.

Romanos 3:20
20 Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.

Es entonces cuando podemos decir que somos la justicia de Dios, con toda confianza podemos estar seguros que al reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador, entonces ya estamos justificados:

Romanos 3:22-26
22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere. 23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. 24 Sin embargo, Dios nos declara justos gratuita y bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. 25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado,

Muy importante creer que todo esto es la única verdad, y estamos hablando que al creer que Jesús se sacrificó para que nosotros fuéramos perdonados, entonces inmediatamente nuestros pecados son perdonados… si quieres puedes ir a tu biblia y leerlo tú mismo. Porque entiendo que esto es tan maravilloso que puede causar muchas dudas, así que te animo a leer tu propia biblia en Romanos 3, lee todo el capítulo te va a gustar.

La Verdadera Pascua (Paste 2)

En el escrito anterior hablamos del verdadero origen de la Pascua, es una fiesta que Dios marcó para que se celebrara para siempre, fue cua...