jueves, 19 de marzo de 2020

¿Es Dios quien mandó el virus?



Jesús dijo:

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

“Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”.

“Pero en aquel día venidero, ningún arma que te ataque triunfará. Silenciarás cuanta voz se levante para acusarte. Estos beneficios los disfrutan los siervos del Señor; yo seré quien los reivindique ¡Yo, el Señor, he hablado!”

En ningún momento creas o pienses que Dios envió este virus (Covid 19) para matar y destruir y robar la economía del mundo, porque él no es así. Antes de Jesucristo, en el Antiguo Testamento leemos historias en las que Dios envía juicio y destrucción inmediata y no porque es malo, sino porque es justo, ya que Él termina con la maldad de inmediato. 

Cuando entendemos el corazón de Dios y su profundo amor por nosotros, entonces comprendemos la grandeza que se realizó en la Cruz. Fue un pacto de sangre entre Dios y su Hijo amado, un pacto de amor para que tú y yo hoy disfrutemos de la vida, vida en abundancia.

Todo el juicio de muerte por el pecado -incluyendo virus, pestes, guerras y desastres naturales- recayó en Jesús. Él no cometió pecado, pero se hizo pecado por nosotros en la cruz, para recibir en su cuerpo, en sus llagas, en su vergüenza, en su desnudez; todo lo que la humanidad merece hasta hoy y se prolonga hasta que Él vuelva.

¿Y por qué muchos mueren y enferman? Porque no conocen la herencia que recibimos por medio de Jesús, incluso muchos que le amamos, le conocemos y le seguimos, también pasamos por ciertas situaciones porque estamos creciendo en el conocimiento de esa maravillosa “Gracia”, pero de todas esas cosas somos librados con victoria.

Quiero que sepas, que escribir todo esto -a mí primero que a todos los que me leen- me ayuda a entender ese amor espectacular que Jesús tiene para nosotros. Quiero que sepas que cuando estoy afligida, angustiada o temerosa, es cuando necesito escribir para entender mejor; entonces doy de Gracia, lo que recibo de Gracia y se los comparto.

Así que:

“Andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”

Saber que Jesús me ama tanto, saber que toda la deuda que yo no hubiera podido pagar, él la pagó por mí. Reconocerme como su hija amada, me da tranquilidad de saber que estoy muy bien cuidada. ¡Sí! Tú también eres su hijo(a) amado(a), también Él murió por ti, también tú eres heredero de todas esas promesas ¡Recíbelas en tu corazón! Cree que es real, si todos lo creemos y lo confesamos ¿Qué crees? Estamos entrando a la atmósfera de Dios, en este lugar hay luz, hay paz, hay confianza, hay plenitud de gozo… y entonces las tinieblas huirán ¡Amén!

El coronavirus huirá, la pandemia huirá, la escases huirá, el aislamiento huirá… Cree que Dios lo hará, no es por tus fuerzas, no es por tus sacrificios, no es por tu comportamiento, sólo basta creer. Creemos que Jesús es el autor y consumador de salvación. Jesús dijo: “¡Consumado es!” es decir, ya se finalizó la obra, ya está concluida, ya el diablo está derrotado, ahora nosotros tomamos nuestra herencia y lo creemos: Confesamos vida, descansamos en la grandeza de Dios, en la plenitud de su amor. Vivir en amor, es vivir sin temor porque el amor y el temor no pueden estar juntos. El perfecto amor (que es el amor de Dios para ti) echa fuera tu temor.

Hay una historia muy interesante que Jesús contó a quienes lo escuchaban, esta historia sí es una parábola:

   Jesús se dirigió nuevamente a la gente y les contó la siguiente historia: «Un hombre plantó un viñedo, lo alquiló a unos agricultores arrendatarios y se mudó a vivir a otro país por varios años. Llegado el tiempo de la cosecha de la uva, envió a uno de sus siervos para recoger su parte de la cosecha; pero los agricultores atacaron al siervo, le dieron una paliza y lo mandaron de regreso con las manos vacías. Así que el dueño envió a otro siervo, pero a este también lo insultaron, le dieron una paliza y lo despacharon con las manos vacías. 

Entonces envió a un tercer hombre, a quien lastimaron y echaron a patadas.

   La historia sigue, pero hasta aquí fue cuando Jesús me preguntó “¿Qué ves?” Y dije: “Pues que los malvados maltratan a los siervos del dueño de la viña y los dejan con las manos vacías”... ¡Entonces entendí! Dios es el dueño, y nosotros los siervos que venimos por las ganancias de la tierra, pero los malvados (el virus, aislamiento y destrucción de la economía mundial) nos quieren golpear y destruir. ¡No es Dios!

   Él pelea por nosotros, el destruirá a los malvados, el virus tiene que doblar sus rodillas ante el poderoso Nombre de Jesús, cuando tu nombres a Jesús en tu casa, en tu negocio, en todas tus cosas, las tinieblas huirán.


   También tenemos que ser responsables y quedarnos en casa como lo mandan las autoridades, aprovecha este tiempo para conocer a Jesús. Háblale, cuéntale tus asuntos más profundos, él te responderá, abre tu biblia y escucha su corazón. 

   Jesús es amor y no condenación, Jesús es relación de amor y no religión, leyes, estatutos; Jesús te está buscando abre tu corazón. 

viernes, 6 de marzo de 2020

Feministas & Machistas





¿No es una locura? ¿En serio crees que fuimos creados para pelear? El verdadero sentido está en el origen:

“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas. Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz.  Y Dios vio que la luz era buena. Luego separó la luz de la oscuridad … Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella…»
Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno!”

¡Y nosotros peleando! Ay si de verdad somos tremendos los seres humanos. Decía una tía: “Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo” Lo único que nos falta es reconocernos. Sí, si cada uno reconoce su propio valor y respeta el valor del otro, eso sería suficiente. Pero la fuerza que rige este planeta es el amor, así que no sólo es respetarnos, sino también amarnos. Y me siento un poco loca al hablar del amor en estos tiempos de inseguridad, feminicidios, venganzas, géneros, virus, etc.

Veo en mi cabeza una imagen, es un salón de clase en donde todos gritan, corren, se pelean y de pronto alguien grita “Ya viene la maestra” entonces todos corren a su lugar y se quedan quietecitos y callados. Así mismo quiero gritar: “Ya viene, ya viene” ¿Habrá alguien que me escuche? Toma tu lugar, quédate quieto y deja que Dios ordene el caos, así como en un principio: “y el Espíritu de Dios se movía en el aire…. Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz.  Y Dios vio que la luz era buena. Luego separó la luz de la oscuridad.…”


¿Sabes que para Dios somos como piedras preciosas? ¿Has pasado por una de esas hermosas joyerías y qué ves? Colguijes, aretes, pulseras, anillos de oro, piedras preciosas… ¡Se nos cae la baba! ¿A poco no? Todos esos aparadores están iluminados de una forma especial, para que las piedras brillen y proyecten esa luz que están recibiendo, entonces la hermosura de la piedra se aprecia según su naturaleza. ¡¡¡Así somos para Dios!!! En serio, Él es la luz que resplandece en cada uno de nosotros con sonrisas, abrazos, palabras agradables, entre más te acercas a la luz, más brillarás.

¡Y nosotros peleando! No veas a los demás, acércate tú y brilla con tu naturaleza, deja que la luz de Dios resplandezca sobre ti. Sí, hay muchas cosas que corregir, eso es cierto, todos queremos que los feminicidios terminen, que los crímenes sean juzgados. Queremos que nuestros hijos salgan a la calle a jugar, andar en bici; que nuestras hijas se reúnan con sus amigos en algún bar para reír y contar chiste, bailar un poco y volver a casa sin problemas. Nosotros mismos, queremos ir al cine o a cenar con amigos después de trabajar y que todo esté bien, todos lo queremos, pero la oscuridad nos está llenando de miedo, estrés, angustia. Eso no es brillar, y lo peor, si hablas de Dios te creen fanática cuando es Dios quien nos hará brillar y toda esa oscuridad tiene que menguar.

Dice la biblia que llegarán tiempos muy oscuros (yo creo que ya estamos en ellos) pero que donde abunda el pecado sobreabunda la Gracia. La gracia de Dios es su bondad, su bendición, su poder y así como hay malas noticias, sobreabundan las buenas noticias, pero tenemos torcido el enfoque. No te conviertes en una persona realista cuando ves lo malo que ocurre a tu alrededor, más bien te conviertes en fatalista. Porque también hay muchas cosas maravillosas que publicar,  y exaltar lo bueno no te hace débil o soñador sin fundamento.  

¡Brilla con la luz de Jesús! Publica lo bueno, las buenas noticias también sobreabundan.


¿Y si Dios nos hizo hombre y mujer, cuál es el verdadero rol de cada uno? Mira, no soy experta en familias, pero este tema me gusta mucho, es el fundamento de la sociedad. El diseño más hermoso que Dios creó es el de la familia, las mayores bendiciones siempre han sido a través de las familias, de las generaciones, el árbol genealógico, las herencias. Pero todo comienza con el rol del hombre y la mujer dentro de la familia. ¿Cómo lo sé si no soy experta? Porque si estudias la biblia allí está un modelo perfecto que te voy a platicar. Es un tema extenso, pero seré muy breve.

El esquema de Dios es el siguiente:

* El hombre se sujeta a Dios - Es obediente al lugar que le ha sido otorgado, es la cabeza del hogar (seamos sinceros, en un barco, en una empresa, o en una familia sólo puede haber un encargado para tomar la última decisión). Dios puso al hombre como cabeza del hogar, por eso es más frío, más determinado, más enfocado. Un hombre sujeto a Dios, jamás maltratará a su familia, jamás pisará a su esposa ni a sus hijos, porque sabe que son muy amados por Dios y los ha puesto bajo su cuidado. Por eso le manda que ame a su esposa y la cuide como a un vaso frágil (de ninguna manera quiere decir que las mujeres somos débiles o menospreciadas para Dios) lo que está diciendo es que el hombre es tan bruto y carnal, que se le olvidará tratar a la mujer suavemente. ¡No nos vamos a romper! Pero los hombres necesitan cuidar y proteger a sus hijos y a su esposa, porque está en su naturaleza. Un hombre sujeto a Dios jamás perderá el rumbo de su casa. Esto no lleva implícito que el hombre manda y la mujer se calla, esto no quiere decir que la mujer se queda en casa a cuidar a sus hijos, esto no quiere decir que el hombre tiene prohibido ayudar en las labores del hogar. Cada pareja sabrá cómo funciona según sus talentos, sus fortalezas y debilidades, pues trabajarán como un equipo. Pero el hombre es la cabeza para dirigir a su familia, él debe proteger y amar.

*La mujer se sujeta a su marido.-  Si la mujer se casa  con un hombre sujeto a Dios, lo que ocurre es que está confiando en que su matrimonio está dirigido por Dios. La mujer está segura y en buenas manos, no se sentirá menospreciada, ni pisada por su esposo. Al contrario, será tomada en cuanta como igual a la hora de tomar decisiones, porque la mujer fue hecha para ser la ayuda idónea del hombre (de ninguna manera quiere decir que es una simple ayudante). Lo que en realidad quiere decir, es que el hombre necesita ayuda ¿Por qué? Porque el hombre no ve más allá de sus narices, la mujer siempre tiene un panorama amplio y creativo, es sensible, ve los detalles, va a lo profundo de los asuntos. Por eso el hombre toma la decisión, porque la mujer abre la gama de posibilidades y el hombre es certero.

La mujer es quien edifica la casa, el hombre dirige la familia, pero la mujer la edifica. Es quien le da los cimientos, la fuerza, la unidad, pero una mujer llega a ese propósito cuando su esposo la sostiene con amor. Y el hombre dirige con certeza cuando su casa es fortalecida por una mujer inteligente.    
Como vemos, el hombre y la mujer son un equipo, cada uno es importante y necesario para el buen funcionamiento de la familia y de la sociedad, en realidad ninguno es más que otro, somos diferentes, somos complementos, somos necesarios unos y otros, para crecer y ser prósperos. La pareja decidirá sus roles dentro de la casa, en la intimidad cada pareja decide quien hace la comida, quien ayuda a lavar la ropa, quien saca la basura, etc. Recuerda que como equipo la mujer edifica y el hombre dirige.  

Y los hijos son obedientes a sus padres, también lo menciono porque en la actualidad, vemos como que los padres son obedientes a los hijos y allí también se rompe el esquema perfecto diseñado por Dios. Padres eduquen a sus hijos con amor, el amor también implica disciplina, comunicación, respeto, tiempo, empatía.  

¡Y nosotros peleando! Ya todo está escrito, el plan de Dios es perfecto, no es una ilusión inalcanzable, conozco muchos matrimonios sólidos y felices trabajando para mantener este esquema en función.

Hombre: ¡Haz que tu esposa brille!
Mujer: ¡Haz que tu esposo brille!
Padres: ¡Hagan que sus hijos brillen!
Hijos: ¡Hagan que sus padres brillen!

¿Cómo? No se critiquen.

Ahora para cerrar con broche de oro, pide a Jesús que te ayude, la verdad es que estamos tan perdidos y alejados de la verdad, que buscamos salvarnos a nosotros mismos, sólo para darnos cuenta que seguimos equivocados y vacíos. Jesús en tu vida hará la diferencia, él pone todo en su lugar. Mira, yo hace muchos años me divorcié, mi matrimonio era un asco, luego él falleció, pero ahora veo que sin Jesús nunca hubiera podido salir adelante con esta paz inexplicable. ¡Sólo pídeselo! Así, fácil: “Jesús ayúdame”. Él es tu verdadero salvador, descansa en él.   

La Verdadera Pascua (Paste 2)

En el escrito anterior hablamos del verdadero origen de la Pascua, es una fiesta que Dios marcó para que se celebrara para siempre, fue cua...